Jaime Sancho, se acordó del cólera de 1885, en la misa, que la hermandad del Cristo de los afligidos y la hermandad del santo cáliz
(Desde El Cañamelar, Valencia, José Angel Crespo Flor).- Como fruto perenne de aquella visita que la reliquia del Santo Cáliz de la Última Cena realizó al Marítimo (6 de abril de 1998) y en la que tuvieron un protagonismo especial la Cofradía del Santo Cáliz del Cabañal y la Hermandad del Cristo de los Afligidos del Cañamelar ha quedado esta misa anual en la Capìlla del Santo Cáliz de la Catedral de Valencia que, por tercer año consecutivo celebraron ambas entidades. Como siempre presidió la Eucaristía el canónigo celador D. Jaime Sancho que fue también el encargado de hacer la Reserva.
D. Jaime comenzó la ceremonia dando las gracias a ambas entidades por su presencia física en la Capilla y, al mismo tiempo, señaló que esta Misa anual tiene que ser un lugar de encuentro y de participación de ambas entidades y un peregrinaje de estas para encontrarse con el Santo Cáliz.
En su homília D. Jaime Sancho recordó la presencia del Cristo de los Afligidos por las calles del Cañamelar con ocasión del Cólera de 1885 «entonces salió para llevar consuelo y esperanza a la gente que padecía esta epidemia y hoy debemos ser sinceros para ver que todos tenemos algo de ‘afligidos’ y debemos ir hacia Jesucristo para pedir protección, amparo y esperanza. Está muy bien lo que sucedió entonces, cuando el cólera se adueñó de Valencia y el Cristo de los Afligidos salió por las calles del Cañamelar en medio de la tempestad que fue el cólera de 1885 pero hoy tenemos también otras lacras por las que debemos de aclamarnos al Cristo de los Afligidos porque insisto, todos, en mayor o menor medida, somos un poco ‘afligidos’.
Doce años han transcurrido de aquella efemérides. Doce años de recuerdos, doce años de satisfacciones y doce años de nuevos retos. Y entre estos retos está el retomar lo que entonces sucedió en el Marítimo y más concretamente en la calle José Benlliure, justo frente a la casa donde nació uno de los más grandes hombres que ha dado el Cañamelar, el empresario Ernesto Anastasio.
Ahora, con el poso que deja el transcurrir de los hechos, se hace preciso retomar aquello y además de esta Misa anual en la Capilla del Santo Cáliz no estaría nada mal que se hiciera dos misas, una en el Rosario y otra en Cristo Redentor – san Rafael para que aquello no se quedase en nada y tuviera todos los años un recuerdo. Y qué mejor recuerdo que la celebración de una Eucaristía. De momento lo que ambas entidades sí que tienen claro es que esta misa anual en la capilla del Santo Cáliz lleva camino de perpetuarse. Es … uno de los frutos de aquello, de aquel encuentro del Cristo de los Afligidos con la Reliquia del Santo Cáliz de la Última Cena cuando Jesucristo instituyó la Eucaristía.
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