HUMILDAD | 33 Días de consagración a SAN JOSÉ por el PADRE GUILLERMO SERRA | Día 24
DÍA 24 – HUMILDAD (10 de marzo)
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.
Señor, Dios Padre Todopoderoso, ten piedad de nosotros.
Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Espíritu Santo, Fuente de luz. Ilumínanos.
María, Madre de gracia, Madre de misericordia, en la vida y en la muerte ampáranos gran señora.
San José, ruega por nosotros.
CITA
“San José es la prueba de que, para ser bueno y auténtico seguidor de Cristo, no es necesario hacer «grandes cosas», sino practicar las virtudes humanas, sencillas, pero verdaderas y auténticas” (Pablo VI).
REFLEXIÓN
Jesús nos pide tener el corazón como el de un niño o cultivar la pobreza espiritual de las bienaventuranzas. Legítimamente podríamos preguntarnos si al estar pronunciando estas palabras, no habrá saltado en su mente la imagen de su padre. Tal vez Jesús para sus adentros o con sus más cercanos amigos habrá pensado ¡ojalá lo hubieran conocido!
José siempre se condujo con discreción y modestia. Su actitud al darse cuenta de la misión que le había sido encomendada, no fue de presunción. Nunca se consideró superior por haber sido elegido por Dios, más bien no se consideraba digno; pero no cuestiona, con humildad acepta el don que Dios le quiere dar. Su Hijo era el Mesías esperado de Israel, pero nunca hizo alarde de lo que él sabía porque no era su papel revelarlo.
La humildad con la que vivió se refleja en las Escrituras. José no realizó hazañas heroicas como David, no fue reconocido con la sabiduría de Salomón, todo lo que hay escrito sobre él son palabras sencillas que narran acontecimientos normales para un israelita de su tiempo. Su vida fue ordinaria, tanto, que ni siquiera sabemos cómo o cuándo terminó.
¡Cuánto podríamos identificarnos con José! Conquistando la santidad simplemente como padre de familia, trabajador incansable y fiel cumplidor de la Ley de Dios. Su humildad le ganó el cielo y colaboró para nuestra redención.
PROPÓSITO
Piensa en los logros más importantes de tu vida y colócalos bajo la luz de la humildad. Busca en ellos los dones generosos de Dios y dale gracias por ellos.
ORACIÓN A SAN JOSÉ
Glorioso San José, protector, modelo y guía de las familias cristianas: Te ruego protejas a la mía. Haz reinar en ella el espíritu de fe y de religión, la fidelidad a los mandamientos de Dios y de la Iglesia, la paz y la unión de los hijos, el desprendimiento de los bienes temporales y el amor a los asuntos del cielo.
Dígnate velar sobre todos nuestros intereses. Ruega al Señor que bendiga nuestra casa. Otorga la paz a la familia, acierto a los hijos en la elección de estado.
Concede a todos los miembros de nuestra familia y de todas las familias de la tierra, la gracia de vivir y morir en el amor de Jesús y de María. Amén.