Huellas en la nieve
En Logroño; un diciembre especialmente frío; la ciudad cubierta de nieve. El beato José María tiene unos 14 años y va camino del colegio. De pronto, algo llama poderosamente su atención: -Pero… ¿qué es eso? ¡Son huellas de pies descalzos que se alejan! ¿A quién pertenecerán?
A cierta distancia descubre un religioso carmelita descalzo que se dirige a su convento, situado en las afueras de la ciudad.
» ¡Son suyas!, se dice José María, ¡Pobre sacerdote! ¡cuánto frío estará pasando!»
Este hecho le remueve el corazón.
«Si ese carmelita es capaz de sacrificarse así por amor a Dios, ¿qué es lo que yo debo hacer por Él?
Nadie se da cuenta, pero a «partir de ese momento, siente grandes deseos de acercarse a Dios. Comienza a oír la Santa Misa y a comulgar a diario; a confesarse más a menudo; a ofrecer todos los días sacrificios por amor a Dios y a los demás.»
Señor, y yo ¿qué deberé hacer por Ti?
Continúa hablándole a Dios con tus palabras