P. Colum Power, nacido en Cork, Irlanda, en 1965, es Siervo del Hogar de la Madre, y por tanto miembro del mismo movimiento apostólico que la Hna. Clare. Obtuvo un Máster en literatura en 1991 y un doctorado en History de la Iglesia en 2013. Es autor de Un Toque de la Mano del Jardinero, Miel del Cadáver del León, y Las Categorías Católicas de James Joyce. Dedica su tiempo a las actividades apostólicas para la juventud organizadas por los Siervos del Hogar de la Madre.
El hombre no es un mero producto de sus circunstancias históricas y de su entorno social. O, por lo menos, no debería serlo. A veces, por desgracia, lo es. Cuando emplea su inteligencia para responder creativamente a la situación en la que se encuentra, entonces conserva su personalidad y aporta algo. Cuando no consigue hacer esto, se parece a las ramas secas caídas en el río, que son llevadas por la corriente. No se puede negar que la Hna. Clare fue modelada por su entorno, pero no definida por él.
Concretamente, su ambiente era el Bogside, en Derry (Irlanda del Norte), en el tiempo de los “Troubles” (problemas). Nació en 1982. La “Operación Flavio”, por ejemplo, tuvo lugar en marzo de 1988: tres miembros no armados del IRA fueron asesinados a tiros por el SAS británico en la isla de Gibraltar mientras proseguían haciendo planes de plantar una bomba en una base militar. Cuando sus cuerpos fueron repatriados a Irlanda del Norte para ser enterrados, un terrorista conservador atacó a la multitud de personas en duelo en el cementerio de Milltown con granadas de mano y pistolas, matando a tres personas e hiriendo a sesenta más. Tres días después, en el entierro de las víctimas de esta segunda matanza, dos cabos del ejército británico sin uniforme se metieron accidentalmente con su coche en la procesión funeraria. Los dolientes, previendo otro ataque, los arrastraron fuera del coche. Despojados de sus vestiduras, fueron golpeados y ejecutados.
La Hna. Clare tenía seis años cuando ocurrieron estos episodios. La lista de episodios parecidos, y aún peores que este, es tristemente larga. Y mucho de ello pasó ante la puerta de su casa o muy cerca de ella. El Falls Road en Belfast y el Bogside en Derry, donde ella pasó su niñez y juventud, son dos de las localidades más notorias de Irlanda del Norte por su relación con la actividad republicana. El Bogside era una zona fuerte del IRA (Irish Republican Army) y del aún más radical INLA (Irish National Liberation Army).
Estudios recientes han corroborado que los niños y jóvenes fueron los más profundamente afectados por la constante tensión e intimidación. El vandalismo, el alcoholismo entre adolescentes, la violencia, el desempleo crónico, el divorcio, la escasez de viviendas… estaban a la orden del día. Se han calculado cifras por encima del promedio en las categorías de depresión, alcoholismo entre mujeres y suicidio entre la juventud, como consecuencias del conflicto. La Hna. Clare dio testimonio público de las visitas frecuentes a sus seres queridos en la cárcel, que fueron parte de su niñez y de su lucha personal contra el alcoholismo adolescente.
A la misma vez, sus talentos excepcionales para la interpretación, el teatro y la música fueron rápidamente reconocidos, y ya estaba presentando programas de televisión para la juventud en el Canal 4 –uno de los más importantes del Reino Unido– a la edad de 15 años, y, a la edad de 17, para el Canal Nickelodeon. Interpretó un papel secundario en una muy aplaudida y apremiada película, lo cual le permitió posicionarse en el interior de la pista para una exitosa carrera en el mundo del espectáculo. Una combinación de tres experiencias fuertes le infundió el ánimo para dejarlo todo.
La primera tuvo que ver con el descubrimiento del amor de Cristo crucificado cuando veneró la Cruz un Viernes Santo. La segunda sucedió cuando estaba vomitando en el servicio de una discoteca y “oyó” a Jesús que le decía, “¿Por qué sigues hiriéndome?” La tercera experiencia tuvo lugar una noche en la habitación de un hotel importante de Londres mientras leía el horario del día siguiente que comenzaba con la hora que el chófer le iba a recoger por la mañana. Fue en ese momento cuando se dio cuenta de que, comparado con Cristo, todo aquello era paja. El hecho de que, a los 18 años, tuviera la visión y la fortaleza para alejarse de todo esto y emprender su vida consagrada, da testimonio de la potencia de gracia de Dios y de su propio instinto por lo auténtico.
La famosa actriz francesa Brigitte Bardot hizo, en una ocasión, la afirmación –un tanto penosa– de que, después de haber entregado su belleza y su juventud a los hombres, iba a entregar la sabiduría y la experiencia de su vejez a la causa de los derechos de los animales. La Hna. Clare entregó su juventud, su belleza y su talento a Jesucristo, y, a cambio, recibió una luz, una belleza y un gozo que antes no tenía, hecho que a muchos se les ha escapado. En vez de titulares que dicen: “Monja trágica pierde su vida en el terremoto de Ecuador”, sería más acertado escribir: “Monja cómica gana cien veces más y la vida eterna en Ecuador”.
El editor de Belfast Telegraph dio en el clavo cuando, el 19 de abril, tres días después de la muerte de la hermana, escribió que ella es un modelo para la provincia de Ulster: “Su muerte es una pérdida inmensa, en primer lugar, para su familia, que, en medio de su llanto, debe de estar también tremendamente orgullosa de ella… Ella era el verdadero rostro de Irlanda del Norte. En el mundo cada vez más secularizado de hoy, muchos mirarían con recelo a jóvenes que entran en la vida religiosa, pero la Hna. Clare sintió que la llamada de Dios era su ambición más importante y que el entregarse a otros traería recompensas más grandes que cualquier estilo de vida orientado hacia lo material. Era una verdadera embajadora de esta provincia en todos los lugares adonde iba, y necesitamos personas como ella en todos los ámbitos de la vida para mostrar una imagen positiva de esta comunidad”.
En sus primeros momentos de lucha por renunciar a un futuro de fama y fortuna, la Hna. Clare consideró, con gracia, la idea de combinar sus “dos vocaciones”, convirtiéndose en “una monja famosa”. Al final, optó con todo su corazón a favor de la vida escondida con Cristo, y Cristo ya está cumpliendo en ella su promesa de que “el que se humilla será enaltecido”. El Belfast Telegraph es el diario secular más importante de Irlanda del Norte. Pocos días después de su muerte, el evangelio vivo que la Hna. Clare escribió con su vida y con su muerte ya está siendo proclamado desde las azoteas del mundo.
Empecé diciendo que no se puede negar que la Hna. Clare fue modelada por su entorno, pero no definida por él. Quién sabe si no acabará ella, a través del inspirador ejemplo de su elección heroica de amar a Dios y a los demás por encima de sí misma, modelando el entorno del que salió. Ciertamente, ella ha cumplido con la parte que le correspondía. “Consummatum est”, dijo Cristo; “He completado mi carrera” –dijo a su vez San Pablo–, “he luchado el combate, he guardado la fe. La gracia de Cristo no ha sido estéril en mí”. La Hna. Clare puede, sin duda, decir lo mismo. Ahora, ha pasado el testigo a su pueblo.