«Antes que te formaras en el vientre materno te conocí,
antes que tú nacieras te consagré como profeta de las naciones »
(Jer. 1,5)
La Hermana Gracelia Esther Molina Talavera, nace en Coro, Edo. Falcón, Venezuela el 31 de octubre de 1973.
Dios Padre, quien la eligió desde antes de nacer, le hizo vivir y educarse bajo la tutela de una hogar cristiano, de arraigados valores evangélicos. Sus hermanos mayores, Jesús, Antonio y Yoladda, compartieron con ella la experiencia de crecer juntos, educarse académica y musicalmente, ayudarse y conocer al Señor.
El ejemplo de sus padres, Yolanda y Chuma, y más tarde el de su hermano Antonio, hoy sacerdote, fueron fraguando en ella experiencias profundas de encuentro con Dios, quien a sus 17 años le invita a trabajar más comprometidamente por la extensión del reino, integrándose activamente a la labor evangelizadora de la parroquia san Antonio de Padua de nuestros hermanos Agustinos Recoletos en Coro, donde había recibido los sacramentos del bautismo y Comunión. Esta parroquia ahora le abría sus brazos al integrarse inicialmente al Coro Parroquial, animada de Antonio, su hermano. Sucesivamente funda y dirige las Voces Blancas de san Antonio, integra y coordina el Grupo Juvenil “Resplandor Agustiniano” y se hace miembro del Grupo de formación legionaria “María fe y alegría”, bajo la guía de Fray Casiano Martínez, su párroco.
Cuatro años de servicio al Señor en esta Iglesia particular van forjando en ella el deseo de servir, de crecer en el encuentro personal con Jesús, el amor que la llamaba a dejarlo todo, y quien se manifestaba especial y profundamente en las experiencias de misión en los pueblos de la Sierra Falconiana, compartiendo el trabajo con Sacerdotes, seminaristas, Religiosas y jóvenes Agustinos Recoletos. A través de la labor del Grupo Juvenil Agustiniano, conoce nuestras Hermanas Berta Olivia Idárraga y Cecilia Cardona con quienes comparte jornadas grupales, regionales y nacionales de la Pastoral Agustiniana de Jóvenes. El encuentro nacional con 140 jóvenes agustinianos reaviva en ella un deseo de entrega mayor al Señor, en este carisma. Aún no define lo que siente, hasta que una noche de Octubre de 1993, la Hermana Nicolasa Valero le pregunta: “¿Y tú, no tienes vocación?”. Esta pregunta jamás de borraría de su mente: ahí estaba la respuesta. Es admitida, más tarde en Nuestra Congregación en Maracay el 22 de abril de 1994, bajo la mirada amorosa de nuestra Madre María de San José.
Después de 10 años, la Hna Gracelia emite su profesión perpetua en Maracay, Edo. Aragua, el 13 de septiembre de 2004, consagrándose así, definitivamente al Señor.
Demos gracias a Dios por su vocación y sus dones, y oremos por su fidelidad a la misión encomendada.