Guión eucaristía para el Tercer Domingo del Tiempo ordinario
LA PRIMERA PALABRA DE JESÚS CUANDO INICIÓ SU PREDICACIÓN
Según el evangelista Mateo, Jesús comenzó su predicación con esta palabra: «Convertíos». Esta es su primera palabra. Es la hora de la conversión. Hay que abrirse al reino de Dios. No quedarse «sentados en las tinieblas», sino «caminar en la luz».
Dentro de la Iglesia hay una «gran luz». Es Jesús. En él se nos revela Dios. No lo hemos de ocultar con nuestro protagonismo. No lo hemos de suplantar con nada. No lo hemos de convertir en doctrina teórica, en teología fría o en palabra aburrida. Si la luz de Jesús se apaga, los cristianos nos convertiremos en lo que tanto temía Jesús: «unos ciegos tratando de guiar a otros ciegos».
Por eso, también hoy ésa es la primera palabra que tenemos que escuchar de Jesús en la Iglesia: «Convertíos». Recuperad vuestra identidad cristiana. Volved a vuestras raíces.
Ayudad a la Iglesia a pasar a una nueva etapa de cristianismo más fiel a Jesús. Vivid con nueva conciencia de seguidores. Poneos al servicio del reino de Dios. Pedid para la Iglesia un «corazón nuevo».
LECTURAS PARA LA EUCARISTÍA
1ª LECTURA
Lectura del libro de Isaías 8,23b-9,3
En otro tiempo el Señor humilló el país de Zabulón y el país de Neftalí; ahora ensalzará el camino del mar, al otro lado del Jordán, la Galilea de los gentiles.
El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban tierra de sombras, y una luz les brilló. Acreciste la alegría, aumentaste el gozo; se gozan en tu presencia, como gozan al segar, como se alegran al repartirse el botín.
Porque la vara del opresor, y el yugo de su carga, el bastón de su hombro, los quebrantaste como el día de Madián. Palabra de Dios.
Sal 26, 1. 4. 13-14 R. El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? R:
Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por todos los días de mi vida; gozar de la dulzura del Señor contemplando su templo. R:
Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor. R:
2ª LECTURA
Lectura de la 1ª carta del apóstol san Pablo a los Corintios 1,10-13. 17
Hermanos: Os ruego en nombre de nuestro Señor Jesucristo: poneos de acuerdo y no andéis divididos. Estad bien unidos con un mismo pensar y sentir. Hermanos, me he enterado por los de Cloe de que hay discordias entre vosotros.
Y por eso os hablo así, porque andáis divididos diciendo: «Yo soy de Pablo, yo soy de Apolo, yo soy de Pedro, yo soy de Cristo».
¿Está dividido Cristo? ¿Ha muerto Pablo en la cruz por vosotros? ¿Habéis sido bautizados en nombre de Pablo? No me envió Cristo a bautizar, sino a anunciar el Evangelio, y no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo.
Palabra de Dios.
COMENTARIO A LA 2ª LECTURA
El apóstol Pablo ruega a los cristianos de Corintio que no estén divididos, sino unidos en un mismo pensar y sentir. Les urge para que se pongan de acuerdo, pues todos tienen un solo Señor a quien hay que seguir y una sola fe que deben compartir: Cristo Jesús y su Evangelio.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Mateo 4,12-23
Al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan se retiró a Galilea. Dejando Nazaret se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí.
Así se cumplió lo que había dicho el profeta Isaías: «País de Zabulón y país de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles. E
l pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló». Entonces comenzó Jesús a predicar diciendo:
Convertios, porque está cerca el Reino de los cielos. [Paseando junto al lago de Galilea vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores. Les dijo:
Venid y seguidme y os haré pescadores de hombres. Inmediatamente dejaron las redes y le siguieron. Y pasando adelante vio a otros dos hermanos: a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre.
Jesús los llamó también. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y le siguieron. Recorría toda Galilea enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del Reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo.] Palabra del Señor.
COMENTARIO SOBRE EL EVANGELIO
El mensaje de Jesús que nos ofrece el Evangelio de hoy, es una invitación a »convertirnos porque está cerca el Reino de Dios» nos invita a cambiar nuestros corazones y aprender a vivir de una manera más humana. Jesús es luz para nuestra vida. Jesús nos invita a seguirle
PARA NUESTRA REFLEXIÓN PERSONAL
ALGO NUEVO Y BUENO
El primer escritor que recogió la actuación y el mensaje de Jesús lo resumió todo diciendo que Jesús proclamaba la “Buena Noticia de Dios”. Más tarde, los demás evangelistas emplean el mismo término griego (euanggelion) y expresan la misma convicción: en el Dios anunciado por Jesús las gentes encontraban algo “nuevo” y “bueno”.
En medio de nuestra sociedad indiferente y descreída, aún hay en el Evangelio de Jesús mensajes nuevos y buenos para el hombre y la mujer de nuestros días.
En el Evangelio de Jesús los creyentes nos encontramos con un Dios desde el que podemos sentir y vivir la vida como un regalo suyo. No nos sentimos solos y perdidos en la existencia, ni en manos del destino o el azar, tenemos a Alguien a quien podemos agradecer la vida.
En el Evangelio de Jesús nos encontramos con un Dios que despierta nuestra responsabilidad para no desentendernos de los demás y contribuir a una vida más digna y más dichosa para todos pensando sobre todo en los más necesitados e indefensos.
En el Evangelio de Jesús nos encontramos con un Dios que nos ayuda a saber que el mal, la injusticia y la muerte no tienen la última palabra, que nuestros anhelos más grandes y nuestros deseos más íntimos alcanzarán en Dios su plenitud.
III DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO B
OTRO MUNDO ES POSIBLE
Jesús da comienzo su vida pública marchándose a Galilea a proclamar la Buena Noticia de Dios, anunciando a Dios como algo nuevo y bueno. Jesús proclama que Dios no quiere dejarnos solos ante nuestros problemas, sufrimientos y desafíos, que Dios quiere construir junto con nosotros un mundo más humano.
Con una audacia desconocida, Jesús sorprende a todos anunciando algo que ningún profeta se había atrevido a declarar: «Ya está aquí Dios con su fuerza creadora de justicia, tratando de reinar entre nosotros». Dios está buscando abrirse camino entre nosotros para humanizar nuestra vida. Por eso, toda la vida de Jesús es una llamada a la esperanza, hay alternativa. No es verdad que la historia tenga que discurrir por los caminos de injusticia que le trazan los poderosos de la tierra, es posible un mundo más justo y fraterno, podemos modificar la trayectoria de la historia.
Jesús pide a los que le escuchan que cambien de manera de pensar y de actuar, que despierten de la indiferencia, que crean que es posible humanizar el mundo, que crean en la fuerza liberadora del Evangelio, que crean que es posible la transformación introduciendo en el mundo la confianza.
¿Qué hemos hecho de este mensaje apasionante Jesús? ¿Cómo lo hemos podido olvidar? ¿Con qué lo hemos sustituido? ¿En qué nos estamos entreteniendo si lo primero es «buscar el reino de Dios y su justicia»? ¿Cómo podemos vivir tranquilos observando que el proyecto creador de Dios de una tierra llena de paz y de justicia está siendo aniquilado por los hombres?
LECTURAS PARA LA EUCARISTÍA DEL III DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO/B
1ª LECTURA
Lectura del libro del profeta Jonás 3,1-5. 10
En aquellos días, vino de nuevo la palabra del Señor a Jonás:
– Levántate y vete a Nínive, la gran capital, y pregona allí el pregón que te diré.
Se levantó Jonás y fue a Nínive, como le había mandado el Señor. (Nínive era una ciudad enorme; tres días hacían falta para atravesarla). Comenzó Jonás a entrar por la ciudad y caminó durante un día pregonando:
– Dentro de cuarenta días Nínive será arrasada.
Los ninivitas creyeron en Dios, proclamaron un ayuno, y se vistieron de sayal, grandes y pequeños.
Cuando vio Dios sus obras y cómo se convertían de su mala vida, tuvo piedad de su pueblo el Señor, Dios nuestro. Palabra de Dios.
COMENTARIO A LA 1ª LECTURA
El texto del profeta Jonás nos ofrece la imagen de un pueblo dominado por el pecado, por la mala fama, por el mal ambiente, un pueblo apartado de Dios. Pero ese pueblo escucha la voz del profeta y reacciona ante la llamada de Dios, se convierte al Señor y alcanza el perdón.
Sal 24, 4-5ab. 6-7bc. 8-9
R. Señor, instrúyeme en tus sendas.
- Señor, enséñame tus caminos,instrúyeme en tus sendas.
Haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R: - Recuerda, Señor, que tu ternuray tu misericordia son eternas;
acuérdate de mí con misericordia, por tu bondad, Señor. R: - El Señor es bueno y es recto,y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R:
2ª LECTURA
Lectura de la 1ª carta del apóstol san Pablo a los Corintios 1,29-31
Hermanos:
Os digo esto: el momento es apremiante. Queda como solución: que los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que están alegres, como si no lo estuvieran; los que compran, como si no poseyeran; los que negocian en el mundo, como si no disfrutaran de él: porque la apariencia de este mundo se termina. Principio del formulario
Palabra de Dios
COMENTARIO A LA 2ª LECTURA
El apóstol Pablo les dice a los cristianos de Corintio y nos dice a nosotros que no debemos poner únicamente nuestros afanes, nuestras esperanzas o preocupaciones en las realidades humanas y en los problemas que nos acucian. Para el hombre «convertido a Dios», estas cosas son dignas de atención, pero Dios está por encima de todas ellas.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Marcos 1,14-20
Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía:
– Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.
Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago.
Jesús les dijo:
– Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con Él.
Palabra de Dios
REFLEXIÓN SOBRE EL EVANGELIO
Jesús pide a quienes quieran seguirle que se conviertan y crean su mensaje. Seguir a Jesús es creer lo que Él creyó interesarnos por lo que Él se interesó, defender las causas que Él defendió, acercarnos a los necesitados como Él se acercó, amar a las personas como Él las amó
PARA NUESTRA REFLEXIÓN PERSONAL
El creer, el aceptar la Buena Noticia, que es el Evangelio, exige conversión, es decir, un giro total en la vida de uno, un cambio en el modo de proceder, una vuelta hacia Dios. La conversión supone reconocer nuestro error en la conducta y adoptar una nueva actitud en la vida, una nueva orientación de todo el ser hacia Dios.
La mayoría de nosotros hemos nacido siendo cristianos. Apenas nos hemos planteado la pregunta de por qué creemos y, por otra parte, acaso no hayamos experimentado nada especialmente gozoso por nuestra fe. Nos hemos encontrado con la fe incrustada en nuestras vidas, pero: ¿la aceptamos y acogemos como Buena Noticia?, ¿nos empuja a realizar una verdadera conversión a Dios, que es como vaciarnos de nosotros para dar cabida al Señor?, ¿nos está urgiendo a ser apóstoles, ser testigos de Jesús?
Los primeros apóstoles de Jesús dejaron sus redes de pescadores y lo siguieron. Para seguir a Jesús tal vez tengamos que dejar nuestros miedos, nuestro apego al dinero, el miedo a perder prestigio, el miedo al fracaso y fiarnos en la promesa de Jesús que nos dijo: «yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin de los tiempos».
La aceptación del Evangelio no nos tiene que llevar necesariamente a realizar heroicidades, sino sólo confiar humildemente en Dios siendo conscientes de nuestras limitaciones y nuestro pecado.
Si el Evangelio de Jesús no es para nosotros fuente de vida, de alegría, de conversión, es que todavía no nos hemos encontrado con Él y todavía no creemos en la Buena Noticia, a pesar de ser cristianos de toda la vida.