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Efecto mariposa
Le tranquilizaba saber que Ramón, el mayor, había terminado ingeniería industrial y había enviado curriculum a diversos sitios. A sus veinticinco años tenía un perfil muy completo, como dicen ahora, aunque las perspectivas de trabajo eran en ese momento inciertas. En ese preciso instante entró Ramón sonriendo:
–Me han llamado para una entrevista el lunes.
–¡Fantástico! ¿qué empresa?
–Bueno es… de la fábrica de armas…
Se hizo un silencio.
–¿Vas a cogerlo?
–Necesito curro…
–Sí, es cierto…
Beatriz siguió haciendo la maleta.
El viaje fue largo y accidentado, pero al fin llegó al hospital de campaña. Se habían complicado las cosas, pues las elecciones habían provocado revueltas en la ciudad, y había heridos.
Sin tiempo de presentaciones, le dieron unos guantes de los pocos que quedaban y la condujeron a la sala que hacía las veces de quirófano. Sobre una camilla se retorcía de dolor un muchacho de unos veinticinco años. Sin a penas anestesia, tuvo que hacer una incisión en el costado para extraerle una bala mientras un enfermero nativo intentaba retener la hemorragia a la vez que sujetaba al muchacho medio inconsciente. ¡Clin! Sonó el metal sobre la bandeja.
–¡Otro 7,62 made in Spain! – dijo el enfermero.
Antes de que lo tirara, Beatriz lo detuvo.
–Espera.
Con la cámara del móvil hizo dos fotos. Al muchacho y a la bala.
Después, en el patio, cuando tuvo algo de cobertura, envió un mms: Ramón, antes de aceptar el trabajo, mira estas fotos. Besos, mamá.
Ana García-Castellano
Ilustración: Paz Rodero
Armas bajo control
Greenpeace, Intermón Oxfam y Amnistía Internacional publican en un informe conjunto que España vendió armas en 2005 a 48 países, incluidos algunos en los que se violan los derechos humanos. España es, además, el primer exportador mundial de munición a África subsahariana, y lo hace sin ningún control.
Hoy en día, no existen unas reglas internacionales y vinculantes que regulen el comercio de armas. Los controles nacionales están llenos de fisuras, que ponen demasiado fácil que las armas acaben utilizándose perversamente. Cada año se fabrican 2 balas por persona en el mundo. Cada día mueren 2.000 personas por la violencia armada, y cientos de miles más son desplazadas, lisiadas o pierden sus medios de vida.
Ghana es el principal destino de las exportaciones españolas de munición (37 millones de cartuchos en 2004 y 25 millones en 2005). El Gobierno de España afirma que estos cartuchos son para caza y que por tanto no deben ser sometidos a control en la exportación.
¿Qué podemos hacer (o dejar de hacer)?
Informarnos, documentarnos…
• Apoyar a movimientos y organizaciones que trabajan por la paz.
• A la hora de votar a un partido político, tomar en consideración su postura ante las exportaciones de armas.
• Escribir a políticos y medios de comunicación denunciando la escasa transparencia en el comercio de armas.
Y todo esto llevando a las víctimas en el corazón, con lógica indignación y sin desfallecer. Hacemos lo que podemos.
Cierto que ya sólo el mencionar las cosas que hacen ocultamente da vergüenza; pero, al ser denunciadas, se manifiestan a la luz. Pues todo lo que queda manifiesto es luz. (Ef 5, 12-14)
Señor, tú que brillas en las tinieblas, danos tu luz.
Para profundizar:
Centre d’Estudis per la Pau J.M. Delàs, de Justícia i Pau
Campañas:
– Armas bajo control (Intermón Oxfam / Amnistía Internacional)
– BBVA sin armas
– Banco de Santander sin armas
– Banca Cívica sin armas
– Banca Armada
– Banca Limpia
“Comercio de armas en España. Una ley con agujeros. Recomendaciones al proyecto de ley sobre el comercio exterior de material de defensa y doble uso“. Informe conjunto de Greenpeace, Intermón Oxfam y Amnistía Internacional.
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