Festividades de la colectividad portuguesa en Fátima, Pilar

Festividades de la colectividad portuguesa en Fátima, Pilar

Tanto los portugueses nativos como sus hijos, nietos y bisnietos de esa localidad se dieron cita, como hace veinte años, junto a la iglesia que alberga la sagrada imagen de la Virgen de Fátima, primera réplica que fue ofrecida al Papa Pío XII quien, a su vez, la donó al embajador argentino de la época y éste a la comisión de damas que preparó el predio y la capilla donde luego se establecieron los Padres Servitas, en Pilar.

Con motivo de las Vísperas de la Inmaculada Concepción, a las 20 hubo una procesión por las calles adyacentes al predio, con reflexiones y cánticos a la Virgen (en castellano y en portugués); a las 20.30 comenzó la misa, presidida por monseñor Oscar Sarlinga, obispo de Zárate-Campana, y concelebrada por Mons. Edgardo Galuppo, vicario general y por el Padre Anselmo, de los Siernos de maría. La jurisdicción parroquial a la que pertenece la localidad de Fátima es San Luis Gonzaga, de Manzanares-Fátima. En la capilla de Nuestra Señora de Fátima, de los Padres Siervos de María, se encuentra una imagen que fue la primera réplica que se hizo de la auténtica y original imagen venerada en la Capelinha de las apariciones, en Fátima (Portugal) y de mano del mismo autor. Dicha imagen fue donada al Papa Pío XII, el cual la tuvo consigo un tiempo y luego quiso que fuera enviada «a la Argentina», donde un grupo de damas que había adquirido unas hectáreas en Pilar donó los terrenos para que se instalara esa congregación religiosa, y, una vez construida la capilla, allí se entronizó a la Virgen. En la homiía que el obispo pronunció en castellano y un poco en portugués, dijo que se encontraba muy contento de recibir en la diócesis a tan numerosas familias, gente tan buena proveniente de un país que dio tanto a la civilización universal, con sus descubrimientos y con sus fundaciones, y a la Iglesia del Señor, con la evangelización. Habló del misterio de la Inmaculada Concepción, que no se trata de una simple advocación, “sino del ser de la Virgen María” y luego hizo alusión a la advocación de Fátima, a su historia, y a lo esencial del mensaje, que podemos actualizar para el día de hoy, y que “condensa –dijo- lo esencial del mensaje del Evangelio”. Al terminar la misa, celebrada en un altar preparado en un gran palco, se realizó un espectáculo de fuegos artificiales y luego una procesión de antorchas partió desde allí hasta la capilla en la que se encuentra la imagen histórica de Nuestra Señora de Fátima. La llamada «Patria portuguesa» o colectividad potuguesa, habiendo agradecido a Mons. Oscar Sarlinga su presencia nuevamente para un acontecimiento como éste, que los congrega como familia lusitana, ha anunciado que el año próximo, el 2012, conmemorará con grandes festejos el quincuagésimo aniversario de la peregrinación y congregación lusitana a la localidad de Fátima, donde se encuentra, como se dijo, la imagen insigne que perteneció al Papa Pío XII.

La inmigración portuguesa

La inmigración de portugueses al actual territorio argentino tuvo lugar primero durante la colonización española, sobre todo en Buenos Aires y su zona de influencia, y luego en la región de las Misiones Jesuíticas, especialmente durante el período de la unión dinástica de Castilla y Portugal.

Los portugueses radicados en Buenos Aires durante la colonia, casi en su totalidad varones, establecieron una red de relaciones comerciales y familiares de gran influencia en la vida económica de la capital del virreinato. Tras la restauración de la independencia de Portugal, prosiguió una cierta inmigración.

La comunidad portuguesa de la ciudad de Buenos Aires y su zona de influencia proviene de diversos grupos sociales, como peones y artesanos pertenecientes a las clases trabajadoras y también un grupo de clase media y media alta dedicado al comercio.

A fines del siglo XIX y durante la primera mitad del siglo XX siguieron arribando portugueses, entre los cuales no
pocos caboverdianos, pueblo mixogénico con linajes africanos y portugueses en el que predominaron los rasgos culturales portugueses y que en tiempo de su inmigración a la Argentina poseían el pasaporte portugués, establecidos sobre todo en la zona sur del Gran Buenos Aires (partidos de Avellaneda, Lomas de Zamora, Quilmes, Berisso y Ensenada). También son numerosos en el partido de La Matanza, en las ciudades de Isidro Casanova y González Catán, que estuvieron presentes en el encuentro. En la diócesis de Zárate-Campana son muy numerosos los descendientes de portugueses en el partido de Belén de Escobar, y también, aunque en menor cantidad, en el mismo Pilar.+