Escuela de Jesús
La situación que se vive hoy en nuestras comunidades cristianas no es nada fácil.
En nuestro corazón de seguidores de Jesús surgen no pocas preguntas: ¿dónde reafirmar nuestra fe en estos tiempos de crisis religiosa? ¿qué es lo importante en estos momentos? ¿qué hemos de hacer en las comunidades de Jesús? ¿hacia dónde hemos de orientar nuestros esfuerzos?
Jesús, antes de ascender al cielo convocó por última vez a sus discípulos para confiarles su misión, la misión de «hacer discípulos» suyos en todos los pueblos.
No les manda propiamente a exponer doctrina, sino a trabajar para que el mundo haya hombres y mujeres que vivan como discípulos y discípulas de Jesús.
Seguidores que aprendan a vivir como él. Que lo acojan como Maestro y no dejen nunca de aprender a ser libres, justos, solidarios, constructores de un mundo más humano.
Seremos muchos o pocos. Entre nosotros habrá creyentes convencidos y creyentes vacilantes. Cada vez será más difícil atender a todo como quisiéramos.
Lo importante será que entre nosotros se pueda aprender a vivir con el estilo de Jesús. Él es nuestro único Maestro.
Los demás somos todos hermanos que nos ayudamos y animamos mutuamente a ser sus discípulos.