ESCUCHAR LA VOZ DE DIOS EN LA CONCIENCIA

ESCUCHAR LA VOZ DE DIOS EN LA CONCIENCIA

La incredulidad empieza a brotar en nosotros desde el mismo momento en que empezamos a organizar nuestra vida de espaldas a Dios que va quedando ahí como algo poco importante que se arrincona en algún lugar olvidado de nuestra vida.

El ruido que nos rodea y la autosuficiencia hacen que no percibamos la presencia callada de Dios en nosotros. Nos resistimos a escuchar su llamada, nos ocultamos de su mirada amorosa, preferimos “otros dioses” con quienes vivir de manera más cómoda y menos responsable. No sabemos reconocer qué es lo esencial en nuestra vida, se nos ha olvidado que la paz, la verdad y el amor despiertan en nosotros cuando nos dejamos guiar por Dios.

El Concilio Vaticano II habla de la “conciencia” como “el núcleo más secreto” del ser humano, el “sagrario” en el que la persona “se siente a solas con Dios”, un espacio interior donde “la voz de Dios resuena en su recinto más íntimo”.

Bajar hasta el fondo de esta conciencia, para escuchar los anhelos más nobles del corazón, es el camino más sencillo para escuchar a Dios. Quien escucha esa voz interior se sentirá atraído hacia Jesús.