Pretoria (Sudáfrica), 12 May. 10 (AICA)
Una de las prioridades para la Conferencia Episcopal de Sudáfrica es la de prevenir y denunciar el tráfico de personas con fines sexuales, fenómeno que ya se dio en el Mundial de Alemania 2006, y que en el continente africano podría tener graves repercusiones sociales.
Concretamente, en Sudáfrica la preocupación es grande hacia los niños y hacia el posible tráfico de mujeres de otros países para la prostitución.
El sábado 8 de mayo, los obispos católicos de Sudáfrica celebraron una Misa especial para rezar por la erradicación del tráfico de personas, y por la protección de las mujeres y los niños, presidida por el cardenal Wilfrid Fox Napier, arzobispo de Durban, en el Brothers’ College de Pretoria.
La hermana Melanie O’Connor, coordinadora del Comité contra el Tráfico de Personas, afirmó la urgencia de “rezar por el fin de este nuevo tipo de esclavitud. La profanación de cualquier ser humano es un insulto a nuestro Dios Creador en aquellos que están hechos a su imagen y semejanza”.
“Tenemos que aprovechar la oportunidad del Mundial, el primero en el continente africano, para llamar la atención de los medios de comunicación y de los asistentes sobre la tragedia de las mujeres y niños que en todo el mundo son traficados”.
Para Sudáfrica, dijo la hermana O’Connor, es “un honor” albergar el Mundial de este año, pero “no podemos olvidar que este acontecimiento puede tener su lado oscuro”, advirtió. “Sudáfrica está a punto de convertirse en un ‘punto caliente’ del tráfico de personas. Tenemos que estar vigilantes para proteger a nuestra gente de este terrible crimen”. “Nos desembarazamos del apartheid, vamos a desembarazarnos del tráfico de personas”, aseguró.
De hecho, las diócesis llevan ya dos años de trabajo con grupos de población que podrían convertirse en potenciales víctimas, como los niños y jóvenes de los barrios marginales.
La prostitución hace esclavas a las mujeres
Por otra parte, el presidente de la Comisión para la Iglesia Universal de la Conferencia Episcopal Alemana, y obispo de Bamberg, monseñor Ludwig Schick, hizo un enérgico llamado contra el turismo sexual y la prostitución forzada en Sudáfrica 2010, y advirtió que «traficantes de personas sin escrúpulos quieren aprovechar los mundiales para hacer su sucio trabajo y generar más ganancias».
El Prelado alemán denunció asimismo que «la prostitución hace esclavas a las mujeres africanas, las arranca de sus familias y tribus, degradándolas con frecuencia para toda la vida».
Monseñor Shick pidió que no solo la liga alemana de fútbol sino todo el sector del turismo den un signo claro «contra la prostitución y el comercio humano», haciendo referencia a una iniciativa análoga promovida por la Iglesia en Sudáfrica, con un documento que fue dado a conocer el 8 de mayo por el cardenal Napier.+