Encuentro de religiosas de la arquidiócesis de Lima

Religiosas lima
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Encuentro de religiosas de la arquidiócesis de Lima


Cardenal Cipriani: “Lo importante es dejar huella”

Con gran alegría eclesial miles de religiosas y religiosos de todos los carismas presentes en la arquidiócesis de Lima se congregaron en la Basílica Catedral de Lima el sábado 22 de noviembre para participar de la Santa Misa con el Pastor por la Apertura del Año de la vida Consagrada, en el marco del XX Sínodo Arquidiocesano Limense.

Desde las 4 p.m. las diversas congregaciones iban legando a la Iglesia Primada. Con gran entusiasmo y recogimiento se iban preparando para participar con devoción de la Misa que fue concelebrada por más de 20 sacerdotes.

En la homilía, el Cardenal Juan Luis Cipriani agradeció la masiva convocatoria y les animó a trabajar en el sínodo conforme a cada carisma.

“El sínodo es un momento de oración y de convocatoria del mismo Espíritu Santo. Por ello debemos analizar mejor la atención pastoral en función de ver cómo podemos estar más cerca de la gente”, refirió.

“Cada una en el carisma en el que Dios la ha llamado a la Iglesia. Cada una y cada uno en el trabajo en el que está presente en la arquidiócesis. Ya ha empezado desde el primer momento esa bendición de Dios que poco a poco se irá manifestando en la vida de cada uno. Queremos ser discípulos y misioneros. Por eso [valoro] esa tarea tan generosa que la vida religiosa aporta en la Iglesia y aquí en la Arquidiócesis de Lima”, continuó.

La vida en comunidad

El Arzobispo de Lima también pidió que durante el sínodo en cada congregación haya un esfuerzo por tener mayor intimidad con el Señor en la oración y en la vida en comunidad.

“Que cada uno mire su propio carisma y diga: ¿qué podemos vivir un poquito mejor, en qué podemos aportar algo más a la vida y al trabajo pastoral de la arquidiócesis? Pienso que el lugar privilegiado en donde el encuentro con Jesús da frutos en la vida religiosa es la comunidad. No creo que haya nada que pueda exonerar a una religiosa o a un religioso de vivir con intensidad, esa comunidad que convierte los corazones, que hace milagros en la vida de cada uno de los miembros de esa casa y convento. Por eso veamos si el sínodo es una buena ocasión para fortalecer la vida comunitaria”, señaló.

La dirección espiritual

“También es necesaria la confesión frecuente y que esa dirección espiritual esté bien llevada, no es con cualquiera, les pido de verdad a las superioras, a los superiores que cuiden con mucha delicadeza que las almas en la dirección espiritual estén bien atendidas. La dirección espiritual es esencial, más en estos tiempos. Por eso esa dirección espiritual que muchas veces se dan en el confesionario y tantas otras veces en la corrección fraterna, en esa advertencia llena de cariño donde una otro le hace una advertencia para que aquella hermana o hermano se comporte, tenga más paciencia, obedezca, asista a los medios de formación, llegue a la hora establecida”, animó.

La huella religiosa en el Perú

En ese sentido reconoció que en el Perú y, de manera particular, en Lima la vida religiosa siempre ha dejado huella, por acercar las almas a Cristo.

“Tenemos que dejar huella, ese rastro de la piedad, del amor, de la compasión, ese rastro, [que digan:] “por aquí pasó aquella religiosa, aquel religiosos”, aquí están las huellas, cuántos elementos de la vida religiosa en la arquidiócesis y el Perú tiene una inmensa huella de: por aquí pasó aquél franciscano, aquél agustino, aquellos camilos”, mencionó.

La Iglesia en salida

En otro momento, el Cardenal Juan Luis exhortó a los miembros de las comunidades religiosas a acoger las palabras del Papa Francisco para hacer que la Iglesia esté constantemente en salida, muy cercana a los fieles.

“En esos colegios, en esas guarderías, en esos comedores, en esa tarea de atención y de saludo, de hacer esas visitas misioneras. La misión enriquece. La misión me quita el egoísmo, aquella posible rebeldía, la misión me une al superior, la misión me trae a casa. La misión me lleva a Jesús en el sagrario porque veo tanta demanda de amor. Busquemos esa vida intensa de misión pero siempre rectificando por amor a Dios”, reconoció.

Las vocaciones

El Arzobispo de Lima también los invitó a trabajar por animar a los jóvenes a atreverse a vivir la vocación religiosa.

“Su trabajo se debe notar en las vocaciones. Hermanas y sacerdotes hay que orientar muy bien la pastoral vocacional. Las vocaciones no vienen solas, hay que dedicar tiempo, buscar a quien tiene esa facilidad para que dedique tiempo, que pueda orientar y cuando vienen esas primeras jóvenes, hombres, mujeres, con esa ilusión todavía frágil; que encuentren y digan: “mira cómo se quieren, cómo me atienden, qué buenos son” y verán que se multiplicarán porque el sínodo quiere ser un gran impulso para la promoción vocacional”, señaló.

El perdón del Cardenal

Finalmente, el Arzobispo de Lima les pidió perdón -con toda humildad- a todos los religiosos si alguna vez no se han sentido acogidos por el Pastor.

“Con tanta humildad les digo si tantas veces no he sabido interpretar o no han sabido ustedes interpretarme a mí, pues es el momento de unirnos de querernos, de comprendernos, de conocernos en esa sinfonía de amor, de misión, de promoción vocacional, para que así la sinfonía de la Iglesia local entre en resonancia con el Papa. Lo veré [al Papa Francisco] dentro de una semana o diez días y le hablaré de este encuentro. Ya se ve, ya se nota que el Espíritu Santo que empieza a despertar poco a poco”, expresó.

“Les agradezco mucho les pido con toda sinceridad el perdón si alguna vez el Pastor como lo he oído y ustedes saben que siempre hablo con sinceridad, se los digo con franqueza, perdonen si a veces ese modo, esa forma no entra en resonancia, haré todo lo posible hasta el último instante, pero los quiero y las quiero y la Iglesia los necesita. Recen por los frutos del sínodo”, culminó.

Concelebró con el Cardenal Juan Luis, el Padre José Tamínez OFM. Cap., Vicario Episcopal de Religiosos; el Padre Juan Carlos Rivva SCV, Vicario Episcopal de Pastoral; el Padre Gino Ruggiero PES, Vicario Episcopal de Religiosos; el Padre José Chuquillanqui, Vicario Episcopal de Acción Social; así como numerosos sacerdotes de la arquidiócesis de Lima.

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