Encontrarnos con Jesús | Reflexiones católicas
Los cristianos hemos olvidado con demasiada frecuencia que la fe no consiste en creer algo, sino en creer en Alguien.
No se trata de adherirnos fielmente a un credo, y mucho menos de aceptar ciegamente “un conjunto extraño de doctrinas”, sino de encontrarnos con Alguien vivo que da sentido radical a nuestra existencia.
Lo verdaderamente decisivo es encontrarse con la persona de Jesucristo y descubrir, por experiencia personal, que es el único que puede responder de manera plena a nuestras preguntas más decisivas, nuestros anhelos más profundos y nuestras necesidades últimas.
Actualmente se hace cada vez más difícil creer en algo, porque las ideologías más firmes, las teorías más brillantes, se han ido tambaleando al mostrar sus limitaciones y profundas deficiencias.
Los hombres y mujeres de nuestro tiempo, escarmentados de dogmas e ideologías, quizá estemos dispuestos todavía a creer en personas que nos ayuden a vivir dando un sentido nuevo a nuestra existencia.
Los que nos llamamos cristianos solo podremos decir que creemos en Jesús cuando hayamos vivido la experiencia auténtica de adhesión a su persona.
Produce tristeza observar la actitud de sectores católicos cuyo único empeño parece ser el de “conservar la fe” como “un depósito de doctrinas” que hay que defender contra el asalto de muchas ideologías y corrientes.
Creer es reavivar nuestra adhesión profunda a la persona de Jesucristo, viviendo “seducidos” por Él y trabajados por la fuerza regeneradora de su persona. De no ser así proclamaremos con los labios doctrinas sublimes, pero seguiremos viviendo una fe mediocre y poco convincente.