EN LA JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES ¡Qué bueno caminar contigo! #Vocaciones

Jornada Oracion Vocaciones
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EN LA JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES ¡Qué bueno caminar contigo!

Guadix, 23 de abril de 2015

Queridos hermanos y hermanas en el Señor:

El IV Domingo de la Pascua nos muestra cada año la imagen del Jesucristo, Buen Pastor. En esta imagen se nos revela el corazón mismo de Dios y su cercanía a los hombres. Es el modelo de aquel que vive para los demás; para el que el interés y la preocupación están en que los demás tengan vida y la tengan abundante.

Jesús es nuestro Buen Pastor. Él nos recoge y nos acompaña, cuida de nosotros con amor y ternura, y nos alimenta con su Palabra y con su Cuerpo y Sangre. Jesús no nos da, se da a sí mismo. Y lo hace también a través de la vida y el ministerio de hombres y mujeres que son sacramentos de su presencia en medio de la Iglesia y del mundo. Antes de subir al cielo, el Señor nos regaló el don de su presencia “hasta el final de los tiempos” (Mt 28,20). Esta promesa se realiza cada día en aquellos que han sido llamados a hacerlo presente en la comunidad, ya sea en el sacerdocio ministerial o en la vida consagrada. Por eso también nos invitó: “Rogad, pues al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies” (Mt 9,38).

Desde hace más de 50 años, la Iglesia celebra en este domingo la Jornada mundial de oración por las vocaciones, que en España hemos hecho coincidir por la Jornada de las vocaciones nativas. Es un día para cumplir lo que el mismo Señor nos pidió: orad para que no falten los trabajadores en la mies de la evangelización.

Pedimos que los hombres y mujeres de hoy, especialmente los jóvenes, estemos abiertos a la llamada de Dios. Que no nos asusten las sorpresas de Dios, ¡es bonito dejarse sorprender!, y en uso de la libertad más auténtica decirle al Señor: yo quiero ir contigo, estar contigo, vivir contigo, contigo hasta el final. La llamada de Dios siempre sorprende porque saca a uno de sí, lo desinstala; lo invita a vivir una aventura gozosa, la del seguimiento de Cristo. El camino, es verdad, tiene dificultades, y cuál no lo tiene, pero tiene también la alegría inmensa de no estar sólo, de sentir la presencia real de Cristo que viene contigo para fortalecerte y llevarte al encuentro con los demás. Sí, el encuentro con Cristo es siempre un encuentro con los demás.

Dios sigue llamando, ¿por qué los hombres no le responden? No es momento para hacer análisis de las causa de la falta de vocación. Es momento para renovar el entusiasmo del encuentro con Cristo, y así, sencillamente, decírselo a los demás. Dios no priva de la libertad, todo lo contrario; Dios nos da libertad y nos hace caminar por sendas de felicidad. El que tiene a Dios vive la felicidad como lo más simple y natural del mundo; y lo más importante, la deja por donde pasa.

¡Qué bueno caminar contigo!, dice el lema de la Jornada de este año. Es verdad, qué bueno es caminar con el Señor, poder hablar con Él, contarle mis cosas; qué bueno sentarnos con Él en el camino y compartir la mesa y la amistad; qué bueno saberse sostenido y fortalecido en los momentos de la prueba y levantado cuando has caído; qué bueno tener un hombro donde descansar; qué bueno tener una comunidad de hermanos con los que compartir la fe y la vida.

Caminar con el Señor es saber que el camino de la vida tiene una meta, por eso, cada paso tiene su sentido, también los que no parecen tenerlo. Si el Señor te llama, lo mejor es decirle que sí. Es hermoso decirle al Señor: Tú me llamas y yo me fío de ti, sé que tú pondrás lo que a mí me falta para cumplir la misión que me encomiendas. Tú lo serás todo en mí.

Os invito a pedir por las vocaciones, y a ser altavoces por los que el Señor sigue llamando. La vocación siempre tiene mediaciones, y nosotros podemos ser esa mediación que un joven necesita para escuchar la llamada del Señor y decirle sí con generosidad.

Quisiera terminar con la misma llamada que hace el Papa Francisco a los jóvenes en su Mensaje para esta Jornada de oración: “Esta dinámica del éxodo, hacia Dios y hacia el hombre, llena la vida de alegría y de sentido. Quisiera decírselo especialmente a los más jóvenes que, también por su edad y por la visión de futuro que se abre ante sus ojos, saben ser disponibles y generosos. A veces las incógnitas y las preocupaciones por el futuro y las incertidumbres que afectan a la vida de cada día amenazan con paralizar su entusiasmo, de frenar sus sueños, hasta el punto de pensar que no vale la pena comprometerse y que el Dios de la fe cristiana limita su libertad. En cambio, queridos jóvenes, no tengáis miedo a salir de vosotros mismos y a poneros en camino. El Evangelio es la Palabra que libera, transforma y hace más bella nuestra vida. Qué hermoso es dejarse sorprender por la llamada de Dios, acoger su Palabra, encauzar los pasos de vuestra vida tras las huellas de Jesús, en la adoración al misterio divino y en la entrega generosa a los otros. Vuestra vida será más rica y más alegre cada día”.

María, la Virgen, es un modelo para nosotros por su disponibilidad a los planes de Dios. Ella es la vocación por excelencia, porque con su Sí trajo a nuestra historia al Hijo Eterno del Padre; del mismo modo, nos anima y ayuda a seguir trayendo a Cristo a los hombres de hoy. Pidamos que la Reina de las Vocaciones acompañe el camino de los llamados para que respondan con generosidad y vivan con fidelidad.

+ Ginés, Obispo de Guadix