En la fiesta de Santa Elena (18 de agosto) hay que fijarse irremediablemente en la Cruz de Cristo
(Desde El Cañamelar, José Ángel Crespo Flor).- 18 de agosto, la Iglesia celebra la Fiesta de Santa Elena. Una conversa al cristianismo que, como tantos otras, lograron, a través de sus obras, que la Iglesia los considerase y los considere santas.
La figura de santa Elena está íntimamente ligada a la de la Cruz de Cristo pues fue Ella quien la encontró de ahí que siempre se le pinte con una cruz en la mano. De ahí la importancia que esta ‘figura de la Iglesia’ tiene para la Hermandad del Cristo de los Afligidos que prepara ya la celebración de ‘Les Festes de la Creu de Setembre’. Fiestas que tienen su centro en la Exaltación de la Santa Cruz.
La Exaltación de la Santa Cruz ha sido el ‘leiv motiv’ para que la Hermandad prepare lo que será su Primera Gran muestra de Cruces y Crucifijos. Muestra que se tiene la intención de perpetuar en años venideros y muestra que tiene dos finalidades concretas: acercarnos a la Cruz, principal símbolo del cristiano y hacernos ver a todos que Cristo murió en la Cruz no por que quiso, sino para cumplir el pensamiento de su Padre y para hacer realidad lo que sucedió al tercer día de muerto: su Resurrección, o lo que es lo mismo, la victoria sobre la muerte.
La Hermandad del Cristo de los Afligidos ha previsto inaugurar esta Gran Muestra de Cruces y Crucifijos el 10 de septiembre para cerrarla el 30 de septiembre. Junto a las cruces y crucifijos se exhibirán frases o pensamientos que tienen como pretexto la Cruz para que «así quien quiera pueda reflexionar acerca del verdadero significado de la Cruz y la importancia que tiene el hecho de la Resurrección Gloriosa».
El local de la Hermandad será, durante todos esos días, un gran Calvario en el que se podrá meditar sobre lo que sucedió en el Gólgota aquel primer Viernes Santo por lo que la Hermandad pondrá a disposición de todo visitante una Biblia y un Catecismo de la Iglesia Católica, algo que consideramos fundamental para entender mejor la Muerte y posterior Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo
NOTAS BIOGRÁFICAS SOBRE SANTA ELENA
Elena significa: «antorcha resplandeciente».
Esta gran santa se ha hecho famosa por haber sido la madre del emperador que les concedió la libertad a los cristianos, después de tres siglos de persecución, y por haber logrado encontrar la Santa Cruz de Cristo en Jerusalén.
Nació ella en el año 270 en Bitinia (hacia el sur de Rusia, junto al Mar Negro). Era hija de un hotelero, y especialmente hermosa.
Y sucedió que llegó por esas tierras un general muy famoso del ejército romano, llamado Constancio Cloro y se enamoró de Elena y se casó con ella. De su matrimonio nació un niño llamado Constantino que se iba a hacer célebre en la historia por ser el que concedió la libertad a los cristianos.
Cuando ya llevaban un buen tiempo de matrimonio sucedió que el emperador de Roma, Maximiliano, ofreció a Constancio Cloro nombrarlo su más cercano colaborador, pero con la condición de que repudiara a su esposa Elena y se casara con la hija de Maximiliano. Constancio, con tal de obtener tan alto puesto repudió a Elena. Y así ella tuvo que estar durante 14 años abandonada y echada a un lado. Pero esto mismo la llevó a practicar una vida de santidad.
Pero al morir Constancio Cloro, fue proclamado emperador por el ejército el hijo de Elena, Constantino, y después de una fulgurante victoria obtenida contra los enemigos en el puente Milvio en Roma (antes de la cual se cuenta que Constantino vio en sueños que Cristo le mostraba una cruz y le decía: «Con este signo vencerás»), el nuevo emperador decretó que la religión católica tendría en adelante plena libertad (año 313) y con este decreto terminaron tres siglos de crueles y sangrientas persecuciones que los emperadores romanos habían hecho contra la Iglesia de Cristo.
Constantino amaba inmensamente a su madre Elena y la nombró Augusta o emperatriz, y mandó hacer monedas con la figura de ella, y le dio plenos poderes para que empleara el dinero del gobierno en las obras buenas que ella quisiera.
Elena, que se había convertido al cristianismo, se fue a Jerusalén, y allá, con los obreros, que su hijo, el emperador, le proporcionó, se dedicó a excavar en el sitio donde había estado el monte Calvario y allá encontró la cruz en la cual habían crucificado a Jesucristo (por eso la pintan con una cruz en la mano).
Dice San Ambrosio que Santa Elena aunque era la madre del emperador, vestía siempre con mucha sencillez y se mezclaba con la gente pobre y aprovechaba de todo el dinero que su hijo le daba para hacer limosnas entre los necesitados. Que era supremamente piadosa y pasaba muchas horas en el templo rezando.
En Tierra Santa hizo construir tres templos: uno en el Calvario, otro en el monte de los Olivos y el tercero en Belén.
Gastó su vida en hacer obras buenas por la religión y los pobres, y ahora reina en el cielo y ruega por nosotros que todavía sufrimos en la tierra.
Evangelio del día 18 de Agosto | Miércoles de la vigésima semana del Tiempo ordinario, Jesús nos cuenta la parábola de los obreros de la viña.
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EVANGELIO del 19 de AGOSTO según San MATEO 20, 1-16 | PADRE GUILLERMO SERRA
Porque el reino de los cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que salió por la mañana a contratar obreros para su viña. Y habiendo convenido con los obreros en un denario al día, los envió a su viña.
Saliendo cerca de la hora tercera del día, vio a otros que estaban en la plaza desocupados; y les dijo: Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo. Y ellos fueron. Salió otra vez cerca de las horas sexta y novena, e hizo lo mismo.
Y saliendo cerca de la hora undécima, halló a otros que estaban desocupados; y les dijo: ¿Por qué estáis aquí todo el día desocupados?
Le dijeron: Porque nadie nos ha contratado. El les dijo: Id también vosotros a la viña, y recibiréis lo que sea justo.
Cuando llegó la noche, el señor de la viña dijo a su mayordomo: Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando desde los postreros hasta los primeros. Y al venir los que habían ido cerca de la hora undécima, recibieron cada uno un denario.
Al venir también los primeros, pensaron que habían de recibir más; pero también ellos recibieron cada uno un denario.
Y al recibirlo, murmuraban contra el padre de familia, diciendo: Estos postreros han trabajado una sola hora, y los has hecho iguales a nosotros, que hemos soportado la carga y el calor del día.
El, respondiendo, dijo a uno de ellos: Amigo, no te hago agravio; ¿no conviniste conmigo en un denario? Toma lo que es tuyo, y vete; pero quiero dar a este postrero, como a ti.
¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes tú envidia, porque yo soy bueno? Así, los primeros serán postreros, y los postreros, primeros; porque muchos son llamados, mas pocos escogidos.
Evangelio del día 16 de agosto | † | Evangelio del día 18 de agosto
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