Insisto en lo del principio, no me opongo a que se deposite un ramo de flores en la columna de la Cruz si esa entrega va acompañada del rezo de un Padre Nuestro y un Avemaria. Sí que me opongo a que esa posible visita a la Cruz del Cañamelar o esas visitas al Cementerio del Cabañal, del Grao o de Valencia solo sirvan para eso, para llevar unas flores a la tumba del ser querido y con ello aquietar nuestras conciencias creyendo que ya hemos cumplido.
Yo me pregunto ¿porqué se le da tanto valor a unas flores que a la semana ya están marchitas y esperando se las deposite en un contenedor de basura?. El Padre Nuestro y el Avemaria tienen un valor infinito, son del agrado de Dios y … una cosa que conviene tener presente: nunca ser marchitan y siempre tienen un destinatario que no falla. Yo, por si acaso, me apunto a esto, al Padre Nuestro y al Avemaría. Son más edificantes, no se compran, tampoco se venden, no cuesta dinero y lo más importante: son edificantes tanto para quien lo reza como para la persona a la que va destinada ese Padre Nuestra y esa Avemaría.
Por supuesto que cada uno es libre de hacer lo que más se le antoje pero una cosa sí que es cierta: estarán conmigo en que ninguna cruz, aunque sea de término, se merece nuestro silencio y más en el Día de la Fiesta de la Patrona que … no lo olvidemos siempre es el 7 de octubre y nunca el primer domingo de octubre salvo cuando este domingo coincida con el 7 de octubre. Vamos … ¡inaudito!.