(Desde El Cañamelar, Valencia, José Angel Crespo Flor). Antes de nada quiero indicar que no quiero que se mal interprete o que busquen en mis palabras que voy contra alguien. ¡Nada más lejos de la realidad!. Aclarado esto voy de inmediato al ‘quid de la cuestión’. ¡Que bueno sería que cuando llegase la fiesta de la patrona del Cañamelar, la Virgen del Rosario, los vecinos de este barrio, además de llenar la Iglesia, participar en la Misa y prepararse a Ella mediante el rezo del Santo Rosario, cada uno, con total libertad, se encaminase hacia la Plaza de la Cruz del Cañamelar y frente a la Cruz del Cañamelar rezase un Padre Nuestro y un Avemaría por los difuntos del barrio¡. Sería bueno porque se daría un enfoque cristiano a la Cruz de Término, se daría un buen uso a la Plaza y recordaríamos, en el Día Grande de nuestro Barrio, a todos los que nos precedieron en el Camino de la Fe. Si no a todos, que sería lo ideal, sí al menos a los que murieron en el curso del año.
Insisto en lo del principio, no me opongo a que se deposite un ramo de flores en la columna de la Cruz si esa entrega va acompañada del rezo de un Padre Nuestro y un Avemaria. Sí que me opongo a que esa posible visita a la Cruz del Cañamelar o esas visitas al Cementerio del Cabañal, del Grao o de Valencia solo sirvan para eso, para llevar unas flores a la tumba del ser querido y con ello aquietar nuestras conciencias creyendo que ya hemos cumplido.
Yo me pregunto ¿porqué se le da tanto valor a unas flores que a la semana ya están marchitas y esperando se las deposite en un contenedor de basura?. El Padre Nuestro y el Avemaria tienen un valor infinito, son del agrado de Dios y … una cosa que conviene tener presente: nunca ser marchitan y siempre tienen un destinatario que no falla. Yo, por si acaso, me apunto a esto, al Padre Nuestro y al Avemaría. Son más edificantes, no se compran, tampoco se venden, no cuesta dinero y lo más importante: son edificantes tanto para quien lo reza como para la persona a la que va destinada ese Padre Nuestra y esa Avemaría.
Por supuesto que cada uno es libre de hacer lo que más se le antoje pero una cosa sí que es cierta: estarán conmigo en que ninguna cruz, aunque sea de término, se merece nuestro silencio y más en el Día de la Fiesta de la Patrona que … no lo olvidemos siempre es el 7 de octubre y nunca el primer domingo de octubre salvo cuando este domingo coincida con el 7 de octubre. Vamos … ¡inaudito!.