El verdadero amor
Cuando alguien te quiere de verdad,
es lento para perder la paciencia contigo.
Toma las circunstancias de tu vida y las usa
de una forma constructiva para tu crecimiento.
Está de parte tuya, quiere verte
madurar y desarrollarte en el amor.
Le duele profundamente cuando pierdes
el camino, pero te orienta a seguir
la senda correcta.
Sigue confiando en ti, cuando a veces
tú ni siquiera confías en ti mismo.
Trabaja pacientemente contigo porque
te ama y corrige de tal manera que cuesta
entender la profundidad del cuidado
que tiene por ti.
Nunca te abandona aunque muchos
de tus amigos lo hagan.
Se queda a tu lado cuando llegas
al fondo de la desesperación, y no te juzga
sino que te ve con total justicia,
hermosura y amor.
Cuando alguien te quiere de verdad,
tienes el mayor de todos los tesoros,
porque te demuestra El Amor perfecto de Dios.
Y el verdadero amor, como Dios, es invisible pero lo ves.
Como Dios, es intocable, pero lo tocas.
Como a Dios, a veces lo encuentras, y a veces lo pierdes.
Y como a Dios, tienes que darle toda tu fe.
El Amor tiene mucho de Dios, mucho de la naturaleza,
pero tiene más del ser humano que lo engendra.
Y como éste, es mortal y perecedero.
Sólo Dios es eterno, pero así mismo Dios es Amor.