Domingo 20 de junio 2.010
Quien aspira al sacerdocio en busca de un aumento de su propio prestigio personal y del propio poder ha malentendido desde la raíz el sentido de este ministerio.
«El sacerdocio no puede nunca suponer un modo para alcanzar la seguridad en la vida o para garantizarse una posición social», afirmó esta mañana Benedicto XVI durante la ordenación presbiteral de 14 diáconos de Roma. El Papa reprobó la concepción del sacerdocio como una forma de asegurarse una estabilidad y una posición social en la vida y como modo de conseguir más poder y prestigio personal.
El Pontífice abordó los valores que, según él, deben ir aparejados al sacerdocio. «El sacerdocio no puede nunca suponer un modo para alcanzar la seguridad en la vida o para garantizarse una posición social. Quien aspira al sacerdocio en busca de un aumento de su propio prestigio personal y del propio poder ha malentendido desde la raíz el sentido de este ministerio», dijo el Papa.
«Quien quiere, sobre todo, realizar su propia ambición, alcanzar su éxito propio, siempre será esclavo de sí mismo y de la opinión pública. Para ser considerado, deberá adular; deberá decir lo que le gusta a la gente; deberá adaptarse al cambio de las modas y de las opiniones y, así, se privará de la relación vital con la verdad, obligándose a condenar mañana lo que ha loado hoy», añadió.
Según el Papa, un hombre que conciba así su vida, «un sacerdote que vea en estos términos su propio ministerio, no ama verdaderamente ni a Dios ni a los demás, sino sólo a sí mismo y, paradójicamente, termina por perderse a sí mismo».