El cardenal Maradiaga
El cardenal hondureño Oscar Rodríguez Maradiaga pidió este sábado al presidente Manuel Zelaya que se abstenga de regresar a Honduras para evitar un “baño de sangre”, en cadena de radio y televisión. El prestigioso cardenal, considerado uno de los ‘papables’ tras la muerte de Juan Pablo II, hizo un llamado al “amigo José Manuel Zelaya” y le advirtió que “un regreso al país en este momento podría desatar un baño de sangre”.
“Sé que usted ama la vida, sé que usted respeta la vida, hasta el día de hoy no ha muerto un solo hondureño, por favor medite porque después sería demasiado tarde”, instó el prelado.
Zelaya fue depuesto el domingo 28 de junio por militares, en cumplimiento de una orden judicial, luego de pretender realizar una consulta popular con el objetivo de reformar la Constitución, medida que fue considerada ilegal por el Tribunal Electoral, la Corte de Justicia y el Tribunal Electoral.
La jerarquía de la Iglesia católica hondureña mandó también un mensaje a la Organización de Estados Americanos (OEA), que este sábado se reunía en Washington para decidir si suspende a Honduras por inclumplimiento de la carta democrática interamericana.
De su lado, las autoridades hondureñas de facto se anticiparon y anunciaron que su país se retiraba de la OEA.
El secretario general del organismo, José Miguel Insulza, se reunió el viernes con el cardenal Rodríguez y jerarcas de la Iglesia católica en la sede de la Conferencia Episcopal de Honduras.
Monseñor Rodríguez pidió al club de países democráticos americanos que “preste atención a todo lo que venía ocurriendo fuera de legalidad en Honduras y no sólo a lo sucedido a partir del 28 de junio recién pasado”, día del golpe de Estado que depuso al presidente Manuel Zelaya.
Y espetó: “¿Por qué no han condenado las amenazas bélicas contra nuestro país?”, en clara referencia a declaraciones del presidente venezolano, Hugo Chávez.
El prelado, que tomó claro partido por las autoridades de facto, le recordó a la comunidad internacional que Honduras tiene derecho a “definir nuestro propio destino sin presiones unilaterales de cualquier tipo, buscando soluciones que promuevan el bien de todos”.
“Rechazamos amenazas o bloqueos de cualquier tipo que solamente hace sufrir a los más pobres”, sostuvo antes de añadir: “Si el sistema interamericano se limita a proteger la democracia en las urnas pero no le da seguimiento a un buen gobierno, a la prevención de las crisis políticas, económica y sociales, de nada servirá reaccionar tardiamente frente a ellas”.
También pidió a los nuevos gobernantes “a no dejarse llevar por los egoísmos, la venganza, la persecución, la violencia y la corrupción” y abogó por el diálogo y la reconciliación.
Fuente: Religión Digital, 4 de julio de 2009