EL ANUNCIO DE LA BUENA NOTICIA
Las tres lecturas de este domingo hacen referencia al mismo hecho: los apóstoles cuentan a los demás su experiencia: Jesús, muerto por el poder temporal, ha resucitado y en Él está la salvación.
Y Jesús mismo afirma que en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos. Este anuncio es misión de todos los cristianos.
Es la misión de la Iglesia para siempre y en todos los tiempos. Por eso hay que hacerlo siempre, pero especialmente cuando los valores cristianos están en decadencia, y los responsables de la sociedad se empeñan en descalificar y desprestigiar a la Iglesia, pretendiendo imponer una nueva escala de valores. No hacen falta situaciones especiales para hacer este ANUNCIO.
Hemos de aprovechar lo cotidiano, las circunstancia diarias de nuestra vida. Anuncian los valores del evangelio los padres a los hijos dándoles siempre una educación cristiana, anuncian los catequistas, anuncian los sacerdotes en su predicación, anunciamos en nuestro ambiente de trabajo, diversión, barrio, si nuestro omportamiento, nuestras opiniones son cristianas, anunciamos con la coherencia de nuestra vida; cuando a pesar de las descalificaciones y el ambiente en contra y las críticas, nos comportamos como cristianos: con honradez, perdonando, siendo serviciales, trabajando por la verdad, por lo justo, y así seremos convincentes…