Edificar la iglesia | Reflexiones católicas
En el evangelio de hoy, Pedro se ve fuertemente recriminado por Jesús: Quítate de mi vista, Satanás,… tú piensas como los hombres, no como Dios.
Parece que, para edificar la Iglesia, se necesita tanto la confesión de fe,-reconocer el amor de Dios en Jesús-, como la aceptación del camino de Jesús. Jesús es la verdad, ciertamente, pero también es el camino.
Yéndose con Él, no se malogra la vida, sino que se encuentra. Los discípulos de Jesús estamos convocados para profundizar juntos la verdad de nuestra fe, pero también y sobre todo para ayudarnos a caminar en la vida como Jesús nos muestra, sin asustarnos de los conflictos y las dificultades que eso conlleve.
La Iglesia es una escuela de vida, de la vida que se saborea al recibir la gracia del encuentro con Jesús.
Esta Iglesia se edifica en el mundo humildemente, como compañera de camino de todos nuestros hermanos y hermanas en humanidad, creyentes o no.
Jesús no nos hace adversarios de la familia humana, al contrario: la fe en el Señor refuerza la alegría de sabernos hermanos de todos, sobre todo de los más pequeños.
Ojalá no merezcamos de Jesús ese reproche de “quítate de mi vista, que me haces tropezar”. Pero si alguna vez lo merecemos, que tengamos la valentía de aceptar la corrección y saber cambiar.