…Donde Estuvo Dios…
Tu dices que nunca olvidarás dónde estabas cuando escuchasteis las noticias el 11 de Septiembre, 2001. Tampoco yo lo olvidaré.
Yo estuve en el piso 110 en un cuarto lleno de humo con un hombre que llamó a su esposa para decirle “Adiós”. Yo sostuve firmemente sus dedos mientras él marcaba. Yo le di paz para decir, “Querida, no voy a regresar, pero está bien…estoy preparado para irme.”
Yo estuve con su esposa cuando él llamó mientras daba el desayuno a sus hijos. Yo la mantuve en pie mientras ella trataba de entender sus palabras y como ella se dió cuenta de que él no regresaría a casa esa noche.
Yo estuve en las escaleras del piso 23 cuando una mujer me gritaba llorando por ayuda. “Yo he estado tocando a la puerta de tu corazón por 50 años” dije yo, “por supuesto te mostraré el camino a casa – solo cree en Mí ahora.”
Yo estuve en la base del edificio con el Predicador ministrando a las almas heridas y devastadas. Yo lo llevé a casa para cuidar su Rebaño en el Cielo. Él escuchó mi voz y contestó.
Yo estuve en los cuatro aviones, en cada asiento, con cada oración. Estuve con la tripulación mientras estaban siendo tomados. Yo estuve en los corazones mismos de los creyentes allí…confortando y asegurándoles a ellos que su Fe los había salvado.
Yo estuve en Texas, Kansas, London… Yo estuve a tu lado cuando escuchaste la terrible noticia. ¿Me sentiste?
Quiero que sepas que yo mire cada cara. Yo conocía todos los nombres aunque no todos me conocían. Algunos me conocieron por primera vez en el piso 86. Algunos me buscaron en su último respiro. Algunos no podían escuchar que les llamaba atravez del humo y de las llamas, “Ven a Mí…por aquí…toma mi mano.”
Algunos escogieron, para el tiempo final, ignorarme. Pero, Yo estaba allí.
Yo no te puse en la torre ese día. Tú no sabrías porqué, pero Yo sí. Sin embargo, si hubieras estado allí en ese momento explosivo, ¿me hubieras buscado? El 11 de Septiembre del 2001 no fue el final del viaje para ti.
Pero algún día tu viaje acabará. Y yo estaré allí para ti, también. Buscadme ahora, mientras puedo ser hallado. Entonces, en cualquier momento, tú sabrás que estás “listo para partir”.
Yo estaré en las escaleras de tus momentos finales.
Recuerda…Yo te amo,
Dios