Domingo festividad de la sagrada familia de Jesús, María y José
PREPARACIÓN:
Antes de la salida del celebrante
«En el clima gozoso de la Navidad, la Iglesia, reviviendo con nueva admiración el misterio del Emmanuel, el Dios con nosotros, nos invita a contemplar hoy a la Sagrada Familia de Nazaret. En la contemplación de este admirable modelo la Iglesia descubre valores que vuelve a proponer a las mujeres y a los hombres de todos los tiempos y de todas las culturas.»
AMBIENTACIÓN:
Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial
El Hijo de Dios hecho hombre, a quien adorábamos en el humilde pesebre, forma parte de una familia; familia que Él mismo nos pone como ejemplo, como ideal de toda familia humana; ejemplo de obediencia a la ley, ejemplo de amor y de unidad. y Él nos dice hoy: puedo vivir en cualquiera de las familias de ustedes. Y necesitamos que Él venga a vivir en cada una de nuestras familias, así realmente podremos vivir, nosotros y el mundo entero, en paz.
1ª. LECTURA: (
1Sam 1, 20-22. 24-28) (Ver texto)
Este relato de la consagración a Dios de Samuel, figura de lo que vemos en el Evangelio, es también un testimonio y ejemplo para todos los padres, para todas las familias de hoy.
SALMO RESP.: (83, 2-3. 5-6. 9-10) (Ver texto)
R.
¡Señor, felices los que habitan en tu Casa!
2ª. LECTURA:
(1 Jn 3, 1-2. 21-243, 1-2. 21-24) (Ver texto)
El Apóstol es bien claro: somos realmente hijos de Dios y en consecuencia, nuestras actitudes y toda nuestra vida debe ser de acuerdo a su gran mandamiento del amor.
EVANGELIO: (Lc 2, 41-52) (Ver texto)
En la proclamación del santo Evangelio se nos muestra a Jesús en el seno de una familia, asumiendo su realidad y siendo modelo para cada una de nuestras familias.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
CELEBRANTE:
Y ahora, queridos hermanos, como verdaderos hijos de Dios y hermanos los unos de los otros, dirijamos nuestra plegaria a Dios Padre por la gran familia universal.
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GUÍA: A cada una de las peticiones responderemos orando:
«SEÑOR, QUE NUESTRAS FAMILIAS SEAN EJEMPLO DE AMOR»
v Padre, al pedirte por la Santa Iglesia y el Santo Padre, para que todo el mundo reciba su mensaje de paz, esa paz que tu Hijo nos trajo con su nacimiento, te pedimos…
v Padre, porque queremos que nuestra gran familia diocesana crezca en la imitación de la Sagrada Familia, viviendo auténticamente el Evangelio de tu Hijo, te pedimos…
v Padre, para que en todos los hogares de nuestra Patria se busque el perdón, el amor, la comprensión, el crecimiento y la gratuidad, y así tu Hijo pueda vivir en cada una de ellas, te pedimos…
v Padre, queremos que tantas familias necesitadas, sufrientes, que carecen de lo indispensable para vivir dignamente, descubran tu amor en nuestra solidaria entrega y así renazca en ellos la esperanza, te pedimos…
v Padre, para que nuestras familias sean comunidades de fe, en las que se enseñe que el cielo es el hogar definitivo; que existe un Padre que nos ama con locura; un Hijo que murió por salvarnos y un Espíritu que nos anima y nos empuja para ser buenos cristianos, te pedimos…
CELEBRANTE:
Acepta, Padre bueno, las oraciones que te presentamos como familia reunida en tu nombre, y derrama la abundancia de los dones de tu Espíritu para que, dóciles a su voz, reine en todas las familias la paz y la concordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:
Junto a estas ofrendas, ofrezcámosle a Dios, nuestro Padre, nuestras familias, en un sincero compromiso de que en ellas se vivan ejemplos preclaros de virtudes domésticas.
Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea
DIÁLOGO DEL PREFACIO:
Al iniciarse el Prefacio (antes de «El Señor esté con vosotros»)
Demos gracias a nuestro Padre del Cielo, que al darnos a su Hijo en el seno de la Sagrada Familia, nos dio el modelo para que, con nuestras familias, pudiésemos alcanzar la vida eterna.
COMUNIÓN:
Jesús quiere vivir en cada uno de nosotros, en cada una de nuestras familias, para construir en ellas una verdadera familia, portadora de paz y amor para todas las demás y para todo el mundo, por eso ahora se nos da como verdadero Pan de Vida.
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.
DESPEDIDA:
Que la Sagrada Familia nos haga ser fuertes, valientes y decididos. Que este año, a punto de expirar, sea para nosotros una llamada a tomar conciencia del papel que hemos de jugar todos por recuperar, fortalecer y dar más vigor a nuestras familias en el conjunto de la sociedad.