«Tú das la victoria a los humildes, pero humillas a los altaneros.» Salmo 18:27 (NVI)
Realidad
El salmista David era lo que podríamos catalogar hoy como un fracasado. Había logrado cinco minutos de fama por matar a un gigante filisteo, pero su estrella entró rápidamente en decadencia. Y parece que a veces Dios no se ocupa de las personas comunes, de los que tienen vidas rutinarias, de personas como vos y como yo. Tal vez pensamos que está demasiado ocupado en atender a los poderosos, a los ricos, a los famosos, a los astros o algún problema del universo.
Y cuando encontramos obstáculos en nuestro camino, nos desalentamos y enojamos. Porque ¡siempre nos tocan las piedras a nosotros y nunca a los vecinos! Recibí esta historia buenísima por mail, que vale la pena compartirla.
Hace mucho tiempo, un rey coloco una gran roca obstaculizando un camino. Entonces se escondió y miro para ver si alguien quitaba la tremenda roca. Algunos de los comerciantes más adinerados del rey y cortesanos vinieron y simplemente le dieron una vuelta. Muchos culparon al rey ruidosamente de no mantener los caminos despejados, pero ninguno hizo algo para sacar la piedra grande del camino.
Entonces un campesino vino, y llevaba una carga de verduras. Al aproximarse a la roca, el campesino puso su carga en el piso y trato de mover la roca a un lado del camino. Después de empujar y fatigarse mucho, lo logro. Mientras recogía su carga de vegetales, el noto una cartera en el piso, justo donde había estado la roca. La cartera contenía muchas monedas de oro y una nota del mismo rey indicando que el oro era para la persona que removiera la piedra del camino. El campesino aprendió lo que los otros nunca entendieron.
Cada obstáculo presenta una oportunidad para mejorar la condición de uno. Si alguna vez caes levántate y sigue adelante.
Dios no se olvida de vos y de tus necesidades. Él sabe de tus piedras y obstáculos. Dios sabe de tus luchas y complicaciones. Y prometió darte la victoria. Tal vez no venga en el envase que estás esperando. Tal vez no sea la solución que estás queriendo.
Pero Dios es fiel. Y siempre, al correr las piedras de tu camino, te va a recompensar por tu fidelidad, constancia y dedicación. No te desanimes por las piedras que encuentres.
REFLEXIÓN – Dios te da la victoria.
Un gran abrazo y bendiciones
Dany
Visitá nuestro Sitio Web: www.devocionalpc.com.ar