Dios hace lo imposible
Una de las cosas más difíciles de superar es el deseo de darse por vencido en los momentos difíciles de nuestras vidas. Te lo digo por experiencia propia. Pero en ese momento, donde parece que no hay esperanza, si mantienes tu fe en que Dios te va a ayudar y te preparas a recibir esta respuesta, tú verás como todo cambiará.
La Biblia está llena de historias las cuales demuestran que Dios puede hacer lo imposible cuando uno persevera en fe. Permíteme relatarte algunas de ellas.
Los discípulos de Jesucristo eran pescadores profesionales. Se habían pasado toda la noche trabajando y no habían pescado nada. Entonces Jesucristo les dijo que echaran la red una vez más. Recuerda que ellos habían estado pescando toda la noche. Sin muchos deseos de obedecer tiraron su red tal como dijo Jesucristo, y ¡tuvieron que pedir ayuda porque encerraron gran cantidad de peces al punto que llenaron una segunda barca! ¿Qué hubiese sucedido si ellos hubiesen decidido que no valía la pena perseverar? Se hubiesen ido a sus casas con las manos vacías. (Ver Lucas 5:4 al 7)
También recuerdo la historia de Josué cuando Dios le dio las instrucciones de marchar siete días alrededor de Jericó. ¿Qué hubiese pasado si Josué se hubiese dado por vencido al sexto día porque no veía ningún beneficio? El resultado hubiese sido que no hubiera conquistado la ciudad. (Ver Josué 6). Y, ¿qué me cuentas acerca de Elías que oró siete veces para que viniese la lluvia? Si se hubiese detenido a la sexta vez, la lluvia no hubiese venido. (Ver 1ra de Reyes 18:41 al 46).
Todos pasamos momentos difíciles, pero es ahí donde debemos de perseverar sabiendo que Dios desea ayudarnos. ¡Tú tienes la capacidad de Dios para perseverar en fe! ¡No estás solo! Dios dice, Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas (Josué 1:9)
Tú y tu familia continúan en mis oraciones, pidiéndole que derrame sobre ustedes su
gran amor y que en sus hogares reine la Paz de Cristo.
Un abrazo,
Cary Palmón
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