Creyente cristiano
No te haces creyente cristiano,
porque recitas un credo, compuesto
por una serie de afirmaciones, cuyo significado
no entiendes o no crees, y que no modifican tu vida.
Te conviertes en creyente cristiano,
cuando crees en el Dios que anunció Jesús,
y te comprometes a vivir con Él, una relación
del hijo con el Padre.
No te haces creyente cristiano,
porque te sometes a la letra, y cumples
un conjunto de mandamientos, leyes y preceptos.
Te conviertes en creyente cristiano,
cuando cumples con todo lo mandado y vives
todos los valores amando a tus hermanos
en la convivencia fraternal.
No te haces creyente cristiano,
porque practicas por obligación ritos culturales
religiosos, pensando que Dios los necesita
o para conseguir sus favores.
Te conviertes en creyente cristiano,
cuando te vales de ritos religiosos para expresar tu fe,
para proclamar tu esperanza y para comprometer tu amor,
y así vivir respondiendo al mensaje de Jesús
de Nazaret en su Evangelio.
No te haces creyente cristiano,
porque «practicas una religión», recitando sus dogmas,
realizando sus ritos culturales y cumpliendo sus leyes
y preceptos.
Te conviertes en creyente cristiano,
cuando te encuentras con Jesús de Nazaret, y tu fe
cambia radicalmente tu vida, centrándola en el tiempo,
en la alegría de saberte amado y de amar a Dios
y a tus hermanos, y abriéndola después de la muerte,
a la esperanza de vivir para siempre, la felicidad
de amar y ser amado.
Rene Trossero