HISTORIA Coronilla de la Divina Misericordia
Cuenta la historia que Sor Faustina Kowalska, a partir de una visión que tuvo el 13 de Septiembre de 1935 empezó a difundir esta oración que el mismo Jesús le enseñó.
En el relato de dicha visión recogido en su diario, afirma que el mismo Jesús le dijo:
«Cuando recen este Tercio junto a los agonizantes, Yo me pondré entre el Padre y el alma agonizante, no como justo Juez, sino como Salvador Misericordioso».
Con estas palabras vemos, una vez más, cómo Jesús nos sale al encuentro una y otra vez. En su amor infinito vemos a lo largo de la historia cómo es que cumple esta promesa de quedarse con nosotros hasta el fin.
Santa Faustina relata en su visión:
«Yo vi un ángel, un ejecutor de cólera de Dios (…) a punto de alcanzar la tierra (…). Comencé a rezar intensamente a Dios por el mundo, con palabras que oía internamente. En la medida en que rezaba así, vi que el ángel quedaba desamparado, y no podía ejecutar el justo castigo».
Inicio
La señal de la Santa Cruz. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Padre nuestro. Ave María. Gloria.
Credo Apostólico
Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, Su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos, está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde ahí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
1o Padre Eterno, yo te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu amadísimo Hijo Nuestro Señor Jesucristo por el perdón de nuestros pecados y los del mundo entero.
Diez veces: Por su dolorosa Pasión ten Misericordia de nosotros y los del mundo entero
2o Padre Eterno, yo te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu amadísimo Hijo Nuestro Señor Jesucristo por el perdón de nuestros pecados y los del mundo entero.
Diez veces: Padre Eterno, yo te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu amadísimo Hijo Nuestro Señor Jesucristo por el perdón de nuestros pecados y los del mundo entero.
3o Padre Eterno, yo te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu amadísimo Hijo Nuestro Señor Jesucristo por el perdón de nuestros pecados y los del mundo entero.
Diez veces: Por su dolorosa Pasión ten Misericordia de nosotros y los del mundo entero.
4o Padre Eterno, yo te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu amadísimo Hijo Nuestro Señor Jesucristo por el perdón de nuestros pecados y los del mundo entero.
Diez veces: Por su dolorosa Pasión ten Misericordia de nosotros y los del mundo entero.
5o Padre Eterno, yo te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu amadísimo Hijo Nuestro Señor Jesucristo por el perdón de nuestros pecados y los del mundo entero.
Diez veces: Por su dolorosa Pasión ten Misericordia de nosotros y los del mundo entero.
Tres veces: Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal. Ten Misericordia de nosotros y del mundo entero.
Letanías a la Divina Misericordia
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos, Cristo, escúchanos.
Dios, Padre celestial – ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo – ten misericordia de nosotros. Dios Espíritu Santo – ten misericordia de nosotros.
Santa Trinidad, un solo Dios – ten misericordia de nosotros.
Misericordia Divina que brota del seno del Padre – en ti confío Misericordia Divina, supremo atributo de Dios – en ti confío. Misericordia Divina, insondable amor del Santificador- en ti confío
Misericordia Divina, misterio incomprensible de la Santa Trinidad Misericordia Divina, expresión del máximo poder de Dios Misericordia Divina, en la creación de los espíritus celestiales
Madre de la Misericordia
Misericordia Divina, en la revelación de los misterios de Dios Misericordia Divina, en la institución de la Iglesia universal de la nada nos llamó a la existencia abarca todo el universo nos otorga la vida inmortal
nos protege de los castigos merecidos nos rescata de la miseria del pecado nos justifica en la Palabra
Encarnada mana de las llagas de Cristo brota del Sacratísmo Corazón de Jesús. nos da a la Santísima Virgen María como
Misericordia Divina, en la institución de los santos sacramentos Misericordia Divina, ante todo en el sacramento del Bautismo y la Penitencia
Misericordia Divina, en el sacramento del Altar y el sacerdocio Misericordia Divina, en llamarnos a la santa fe
Misericordia Divina, en la conversión de los pecadores Misericordia Divina, en la santificación de los justos Misericordia Divina, en el perfeccionamiento de los piadosos Misericordia Divina, fuente para los enfermos y los que sufren Misericordia Divina, consuelo para los corazones angustiados Misericordia Divina, esperanza de las almas desesperadas Misericordia Divina, que acompaña a todos siempre y en todas partes
Misericordia Divina, que nos adelanta con gracias
Misericordia Divina, paz de los agonizantes
Misericordia Divina, gozo celestial de las almas salvadas Misericordia Divina, frescor y alivio para las almas del purgatorio Misericordia Divina, corona de todos los santos
Misericordia Divina, inagotable fuente de milagros.
Cordero de Dios que has mostrado la mayor misericordia en la redención del mundo en la cruz – perdónanos, Señor.
Cordero de Dios que te ofreces misericordiosamente por nosotros en cada santa Misa – escúchanos, Señor.
Cordero de Dios que por la insondable misericordia quitas nuestros pecados – ten piedad de nosotros.
La misericordias de Dios son mas grandes que todas sus obras. Por eso alabaremos la misericordia del Señor por siempre.
Oremos:
Oh Dios, en quien la misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable, vuelve a nosotros tu mirada bondadosa y aumenta tu misericordia en nosotros, para que nunca, ni siquiera en los momentos más difíciles nos desesperemos, sino que, con confianza, nos sometamos a tu santa voluntad que es la misericordia misma.
Por nuestro Señor Jesucristo, Rey de la misericordia que contigo y con el Espíritu Santo nos manifiesta misericordia ahora y por los siglos.
Amén.