Concluyen las dos romerías con un mensaje por la paz
POR GILBERTO LEDESMA
Diario Noticias, Querétaro, Mexico, 19/julio/2010
Video peregrinación Femenina http://www.ustream.tv/recorded/8360406
Video peregrinación masculina http://www.ustream.tv/recorded/8365318
visita http://www.peregrinosdequeretaroaltepeyac.org/
Querétaro católico se postró ayer ante los pies de la Virgen de Guadalupe.
Fue la culminación de las dos mas importantes romerías que caminan 8, 10,15 y hasta 17 días para. Llegar al Tepeyac.
Más de 40 mil romeros entre hombres y mujeres.
Una multitud los esperaba en las calles, en los camellones, en las avenidas, por todas partes; eran las familias de los peregrinos y peregrinas que ya los esperaban; se calcula que ahí estuvieron unos 100 mil queretanos.
Es la romería, a la que ayer llamó Monseñor Diego Monroy, Rector del Santuario, una magna peregrinación, y los y las romeras «auténticos portadores de la paz».
Monseñor Diego Monroy, fue acompañado por el Obispo Mario de Gasperín Gasperín quien ahí recibió a su Iglesia.
Ellas, las mujeres de la 51 Peregrinación de mujeres a pie al Tepeyac, arribaron alas 8:50, diez minutos antes de lo estipulado en el horario.
Ellos, los hombres, entraron a la «Casita de María», como dice Monseñor Monroy a las 13:20 también 10 minutos antes.
A esa hora los dos altos prelados de la Iglesia y demás ministros concelebrantes les dieron la bienvenida.
Antes y cuando ya la columna, llegaba a la puerta, el Obispo De Gasperín señalaría que se trata de dos columnas peregrinas que desde hace 51 años y l20, han caminado con fervor cada año con destino a la Basílica. A ellos los llamó acontar sus experiencias a sus familias y comunidades y definió que los emocionados peregrinos «ahora son un poco mejor».
A la peregrinación se han agregado desde hace 10 años cientos de ciclistas que hacen el recorrido en poco más de dos días.
A los pies de La Morenita
Más de 45 mil queretanos llegan a La villa en el final de La Pere 2010
Diario de Querétaro
19 de julio de 2010
por Sergio Hernández Saucedo y Heidy Wagner Laclette
Concluyen la edición 120 de la peregrinación al Tepeyac; inició en 1886 -con apenas 500 peregrinos- y ayer llegaron a la basílica veinte mil mujeres y 30 mil hombres, además de mil 500 peregrinos en bicicleta y otros fieles que arriban en camión u otro medio.
Las peregrinaciones a la Basílica -de todos los sectores– surgen del deseo de dar testimonio del amor de María y del amor de Dios, por parte de una persona, de un grupo o de una comunidad.
La peregrinación queretana inició en 1886, cuando Monseñor Rafael Sabás Camacho, Tercer Obispo de la Diócesis de Querétaro.
Ve, era reconocido por su entusiasmo y devoción a la Virgen de Guadalupe, e incluso colaboró para la restauración de la entonces Colegiata y las festividades de la Coronación de la Santísima Virgen.
Apenas comenzaban las peregrinaciones diocesanas, y fue él uno de los primeros prelados que extendió una invitación a todos los fieles del obispado para que tomaran parte en la primera peregrinación que se realizaría el ocho de septiembre de 1886.
En la reseña correspondiente de aquel año, el Señor Canónigo Juan González, destacaba el fervor espiritual de los peregrinos: «luego que llegó a los fieles la invitación del prelado, la Diócesis de Querétaro, cuya eminente piedad ha sido proverbial, se puso en movimiento».
La peregrinación se ha convertido en una tradición con abundantes frutos de conversión, testimonios del amor de Dios, aumento de la devoción a Santa María de Guadalupe y cambios en formas y estilos de vida más cristianos, así como una mayor participación en el plan Diocesano de Pastoral.
Peregrinar para Querétaro es igual a retiro espiritual de 15 u ocho días, con reflexión, eucaristía, reconciliación y el acompañamiento de más de 50 sacerdotes, todo en un ambiente de oración y vida comunitaria y fraterna.
Cabe señalar que el clero ha participado activamente en la promoción de la peregrinación desde sus inicios. En conjunto con las asociaciones de peregrinos de la rama femenil y varonil y sus comisiones integradas, fomentan la catequesis y organización previas a la marcha al Tepeyac.
Solamente cinco interrupciones ha tenido la peregrinación, en los años 1914 a 1916 y 1928 y 1929, debido a la delicada situación política y social del país. Incluso en algunas ocasiones que parecía que no se realizaría la peregrinación por la inquietud social que imperaba y en los años de la persecución religiosa, al mismo tiempo prelados y fieles se decían que sería muy grato emprender el camino y así lo hicieron arrastrando peligros. Esto sucedió en los años 1920 a 1922 y en 1932. Hoy cuentan con los apoyos de las comunidades por donde pasan a lo largo de los más de 300 kilómetros que recorren durante aproximadamente 15 días.
Tradición y testimonio definen a esta magna peregrinación, la más grande que recibe la Basílica a lo largo del año, procedente de las demarcaciones eclesiásticas el país.
HOMILÍA DE MONS. DIEGO MONROY,
VICARIO GENERAL Y EPISCOPAL DE GUADALUPE Y RECTOR DEL SANTUARIO
EN LA MISA CON LOS PEREGRINOS AL TEPEYAC
Ciudad de México, 18 de julio de 2010
DIOS SE HACE NUESTRO HUÉSPED PARA HACERSE NUESTRO ANFITRIÓN
Alabemos al Señor, Dios nuestro, porque al enviarnos a su Hijo amado se hizo huésped de la humanidad y, por su muerte y resurrección, se convirtió en nuestro anfitrión en la vida eterna.
La hospitalidad de los pueblos de Medio Oriente es algo tan singular y característico que resulta algo proverbial y prácticamente sagrado. Este rasgo cultural es tan importante que no se puede descuidar para entender no sólo la primera lectura, sino también el evangelio de Lucas en este domingo.
En la primera lectura de hoy escuchamos un fragmento del Génesis en el que tres misteriosos personajes se presentan ante la tienda de Abrahán, en la encina de Mambré. Abrahám no escatima esfuerzos para atender a aquellos tres huéspedes, ofreciéndoles todo lo que necesitaran para rehacerse del largo y caluroso camino. Igualmente, las dos hermanas de Betania ofrecen acogida y amistad a Jesús; especialmente Marta, que “se multiplicaba para dar abasto en el servicio”. Es esta una actitud que debemos cultivar. En una sociedad en la que todo el mundo mira por si mismo, y las puertas de las casas están cerradas, por el miedo, la inseguridad, la violencia; el evangelio nos invita a estar atentos, abiertos, acogedores, especialmente para los más necesitados.
La hospitalidad de Abraham ante el Dios que pasa, incluso como un necesitado, es premiada con la fertilidad, bendición incomparable en la mentalidad bíblica. Más aún, por su hospitalidad, Abraham se convierte en amigo de Dios e intercesor de estos pueblos, que han rechazado la visita divina y han llegado a profanarla con su conducta desordenada. Su pecado les ha impedido reconocer la presencia de Dios en medio de ellos al pasar por sus calles. (Sodoma y Gomorra)
En el evangelio, vemos a Jesús, que precisamente elogia la hospitalidad de María por recibirlo, acogerlo e intimar con él. Es necesario abrirse al paso de Dios por nuestra vida. Es determinante que seamos sensibles y estemos atentos a su presencia para acogerlo, escucharlo y servirle como él quiere ser servido.
Todo esto se da diariamente no sólo en el culto y en la oración. Ahí comienza, y de una manera especial en la Eucaristía, pero si no nos lleva al encuentro con los demás, especialmente con quienes carecen de afecto, cuidados materiales, salud, trabajo, migrantes, enfermos y, en fin de lo necesario, no podemos decir que estamos sirviendo a Dios plenamente.
En un mundo tan inhóspito, tan indiferente ante el otro y que facilita tan poco la comunicación amable entre las personas, la actitud de Abrahán y la de las dos hermanas Marta y María nos dan una elocuente lección de hospitalidad; nos invitan a tener un corazón acogedor para con los demás. No hará falta que cada vez les guisemos un ternero cebado como Abraham o que removamos toda la cocina como Marta. Muchas veces lo que los demás esperan de nosotros es INTERÉS, ATENCIÓN, CARA ACOGEDORA, UNA PALABRA AMIGA, UNA SONRISA, UN APRETÓN DE MANOS O UN ABRAZO SINCERO.
Pero además de la hospitalidad, hay algo más que quiere enseñarnos el Señor en este domingo, descubrir en el prójimo al mismo Dios, al mismo Cristo Jesús. Y dar importancia a la oración, a la contemplación, a la escucha de la Palabra de Dios. Abraham ve a Dios en los tres peregrinos. Y las hermanas del evangelio saben que están alojando al Mesías.
Ante la queja de Marta, Jesús amablemente, le recuerda que “solo una cosa es necesaria: María escogió la mejor parte”, porque aprovecha la ocasión de que tiene al Maestro en casa, y lo escucha. Lo esencial no son las cosas materiales, sino la escucha atenta de la Palabra de Dios que ilumina nuestras vidas.
Pidámosle al Señor que nos conceda conjugar en nuestras vidas las dos actitudes, la de Marta y la de María: la caridad detallista y la oración y la escucha, la oración y la acción. Son complementarias. Cada cristiano debe saber conjugar las dos dimensiones en su vida: hemos de ser hospitalarios, pero también discípulos. Con tiempo para los demás, pero también para nosotros mismos y para Dios. Personas de oración y de contemplación, de reflexión interior y de celebración con la comunidad; pero también dispuestos, al compromiso, a la acción y a la entrega concreta y al trabajo servicial.
La unión con Cristo se alimenta de modo privilegiado en la Eucaristía, en la Santa Misa en la que con devoción y entusiasmo participamos particularmente cada domingo, que luego debe tener traducción práctica en la caridad con los que viven con nosotros. Jesús no desautoriza el trabajo de Marta, pero le da una lección: debe saber encontrar tiempo para la escucha de la fe y de la oración.
Bendigamos al Señor y agradezcámosle la palabra que nos da este domingo y a la luz de la misma reestructuremos nuestra jerarquía de valores, y que esto tenga efectos prácticos en nuestra vida.
Imitemos a nuestra muchachita y Madrecita Santa María de Guadalupe, Maestra de hospitalidad al acoger en su seno al Hijo de Dios, para que con su auxilio nos abramos a Dios en las personas de quienes nos necesitan. Amén.
† Mario De Gasperín Gasperín
VIII Obispo de Querétaro
HOMILÍA EN LA MISA DE ARRIBO DE LAS PEREGRINOS Y LOS PEREGRINOS DE QUERÉTARO
A LA BASÍLICA DE GUADALUPE
Ciudad de México, 18 de julio de 2010
ARRIBO DE LA PEREGRINACIÓN AL TEPEYAC
Hermanas peregrinas,
Hermanos peregrinos
1. Hemos llegado al término de nuestra peregrinación, pero no al término de nuestro caminar hacia la Casa del Padre. Aquí, en la Casa de Nuestra Madre Santísima, hacemos como un alto, miramos su imagen y dejamos que nos miren sus ojos; sin duda experimentamos la caricia de sus manos que curan nuestras heridas; intuimos una sonrisa de beneplácito en sus labios y, sobre todo, escuchamos cerca de nosotros el palpitar de su corazón de Madre que nos dice: No temas, no te angusties, que aquí estoy yo que soy tu Madre. Sintámonos todos cobijados por el regazo de la Virgen Santísima en su sagrada Imagen, y reavivemos las fuerzas para proseguir el gran camino que es la vida cristiana.
2. Hoy la santa palabra de Dios nos habla de la hospitalidad. Primero, de Abraham y su esposa Sara que preparan el hospedaje para esos misteriosos tres personajes, que le traen a Sara la promesa que, a pesar de sus esterilidad y vejez, pronto será madre de un niño, el “hijo de la promesa” de donde vendrá Jesús, que nos traerá a todos la bendición de Dios. Hacer el bien y practicar la hospitalidad con el hermano necesitado, siempre nos acarrea la bendición de Dios. Un hogar cristiano siempre tiene una puerta abierta y una mano tendida hacia los demás. Ahora nosotros somos huéspedes de nuestra Madre del Tepeyac.
3. En el Evangelio dos hermanas dan hospedaje a Jesús, Marta y María. Una se afana, como es debido, por preparar la comida y hacer que el huésped se sienta como en su casa; la otra, María, está escuchando atenta las enseñanzas del Maestro. Jesús acepta tanto el servicio activo de Marta como la escucha atenta de María. Cuando surge la incomprensión entre las hermanas, Jesús le dice a Marta que María “ha escogido la parte buena” con su actitud, al escuchar atentamente la palabra de Dios. Esto quiere decir, querida(o)s hermana(o)s peregrina(o)s que el trabajo, el ajetreo de ganarse la vida, siempre fatigoso, debe estar acompañado de la escucha atenta de la palabra de Dios. No olvidemos que Marta y María son hermanas, están siempre unidas, y por tanto se necesita siempre tanto la acción como la oración; el trabajo cotidiano y la asistencia misa el domingo y la oración. “A Dios rogando y con el mazo dando” decimos, porque Dios es siempre el que da el éxito.
4. Ahora que lleguen a su hogar, cuéntele a sus hijos, a sus familiares y amigos esta experiencia hermosa de su peregrinar y de su encuentro con Jesús en los bazos de Santa María de Guadalupe. Compartan su experiencia con su familia y díganle a todos que Santa María de Guadalupe, “La Patrona de nuestra Libertad” como la llamó el Padre Morelos, no defrauda a nadie; que Ella cumple su promesa y que ahora a todos somos un poco mejores. México es un poco mejor. Que la paz que experimentan ahora en su corazón llene sus vidas, su familia, su parroquia y su comunidad. Los católicos hemos contribuido a “Que en Cristo, nuestra Paz, todos los mexicanos tengamos una vida digna” de hijos de Dios. Es el deseo de Santa María de Guadalupe y también de su Servidor.
† Mario De Gasperín Gasperín
VIII Obispo de Querétaro
Miles de peregrinos de Querétaro llegaron a la Basílica de Guadalupe. Foto: Laura Lovera / El Sol de México
Notas relacionadas
Notas relacionadas
•Arriban peregrinos queretanos a la Basílica en marcha contra violencia
Organización Editorial Mexicana
19 de julio de 2010
Judith García / El Sol de México
Ciudad de México.- Con un recorrido de 300 kilómetros de Querétaro a la Ciudad de México y un llamado a la paz frente a la violencia provocada en diversos puntos del país por parte del crimen organizado, concluyó la CXX Peregrinación por la paz, en la Basílica de Guadalupe.
Miles de palomas de papel y banderas de México se agitaron dentro y fuera del templo mariano. Todos, hombres, mujeres y niños, se unieron al clamor que lanzó el obispo de la Diócesis de Querétaro, Mario Gasperín de Gasperín: «Cuando todos nos reconozcamos como verdaderos hermanos, México será grande. Somos el pueblo de la paz y para la paz», expresó.
En esta ocasión, los agradecimientos por los milagros y peticiones por una mejor salud, por un trabajo, mejores cosechas, contra los vicios o por el regreso de un amor perdido, pasó a segundo plano.
Miles de peregrinos, con sombrero de palma, paliacate y en su mayoría vestidos de blanco, obedecían a los organizadores para entrar de manera ordenada y rápida a ver por unos segundos la imagen de la Virgen. Inmediatamente eran trasladados hacia fuera del templo, debido a que las instalaciones de la basílica estaba al tope.
A pie, en bicicleta o en camiones, los queretanos y sus familias fueron arribando a la Ciudad de México desde las 7:30 de la mañana a los alrededores del templo mariano.
Fervor guadalupano
Cada peregrino de Querétaro al Tepeyac, una historia que contar
Por: Lety Bravo Zavala, rotativo.com.mx
lunes 12 de julio de 2010, actualizado Julio 12, 2010
Pedro Escobedo, 12 Julio 10.- Son miles de peregrinos y por eso, son también miles de historias que contar, pues cada quien tiene sus motivos particulares para dejar por espacio de al menos 8 días, el empleo, la familia o lo cotidiano para dedicarse a caminar y caminar hasta la Basílica de Guadalupe.
Por ejemplo, Edgar Gamboa quien es taxista en la ciudad de México y hace 3 años perdió su pie izquierdo y ahora camina con muletas desde Querétaro hasta la Basílica de Guadalupe en peregrinación, para pedirle a la Morenita que le de fuerzas para seguir.
«Empecé (a caminar) en (la efigie de) Conin, y vamos a llegar a la Basílica», platica Edgar sin dejar de caminar un solo momento auxiliándose de sus muletas y en compañía de un par de amigos.
Dice que con esta edición son 9 años los que ha participado en la peregrinación de Querétaro al Tepeyac.
«Con esta llevo nueve años; seis con mi piecito y tres sin mi piecito», y explica a la reportera que su pierna izquierda la perdió por una enfermedad. «Vamos a ver a la Virgencita de Guadalupe para que nos siga dando fortaleza».
El viene del Distrito Federal, de la colonia Pensil, en donde trabaja como taxista, a donde regresa caminando, junto con todos los peregrinos.
Familias completas, incluyéndose a los niños en carreola, personas con discapacidad, e incluso políticos, como es el caso de Sandra Albarrán, la esposa del gobernador y que estuvo unas horas con las peregrinas; se sumó a las oraciones y caminó algunos minutos al lado de las hermanas que llevan varios días en peregrinación.
O como el ex diputado local y actual regidor en el municipio de Querétaro por el Partido Convergencia, Marco Antonio León Hernández, quien año tras año participa en esta caminata.
Acompañado de sus amigos, como el abogado litigante Enrique Botello Montes, ha cumplido todas las jornadas de la exigente caminata hasta el Distrito Federal.
Es la tradicional peregrinación a pie de Querétaro al Tepeyac, la que concluye este domingo.