Charla espiritual con la Hermandad del Señor de los Milagros de las Nazarenas
Cardenal Cipriani: «Cuidemos el tesoro que Dios nos ha dado»
El domingo 11 de octubre el Cardenal Juan Luis Cipriani llegó hasta el colegio Claretiano en San Miguel donde se encontraban todos los hermanos y hermanas que conforman la Hermandad del Señor de los Milagros de Nazarenas. Allí, el Primado del Perú presidió la charla espiritual que se realiza cada año antes de iniciar los tradicionales recorridos del Cristo Moreno.
En la charla el Cardenal Juan Luis invitó a toda la hermandad a cuidar el tesoro que Dios ha encomendado a la primera institución del Perú que tiene como misión mantener esta tradición de fe.
“Han recibido un encargo mucho más grande de lo que podemos pensar, la tradición de muchos años y la tradición de un milagro de Dios. Me conmueve mucho ver la salida del Señor, cada año, en ese instante donde se abren las puertas. En que aparece la imagen y donde el pueblo de Lima y del mundo a través de los medios de comunicación espera que el señor salga a la calle. Se le ve, se le oye, se le siente. Por eso los invito en esta reflexión a que levanten el corazón con emoción.”
Asimismo, el Cardenal les pidió a toda la hermandad a ser como María, la Madre de Dios, en un puente eficaz entre los fieles que vienen a la procesión y Dios que se hace presente en la sagrada imagen del Señor de los Milagros.
“Ella, María, les dice a cada uno de ustedes: Vayan a Jesús cuando encuentra a alguien que está un poquito desanimado, dice ven. Como hacen ustedes en el anda: Ven, yo te llevo. Y María nos lleva a su Hijo. Por eso cuando vemos esa multitud de gente, miles y miles que quieren tocar al Señor De Los Milagros, que quieren rezarle, ¿cómo no crecer en fe? Es el momento del milagro, es el momento que cada uno con mucha confianza le pida el milagro. ¡Señor! no porque yo lo merezca pero te pido este milagro.”
En otro momento invitó a todos los miembros de la hermandad a cuidar a sus familias, a tener tiempo con sus hijos, y con sus padres, a propósito del Sínodo de la Familias que vienen desarrollándose en Roma.
“Pidamos, milagros de amor, no solamente milagros materiales, milagros en los que yo cambie. Deje esto que está mal, trate mejor a mis hijos, trabaje con más ilusión o llegue con más alegría y paciencia. Dios está entre el marido y la mujer cuando se quieren, cuando se comprenden. A veces cuesta muy poco porque el cariño más que en dar esta en comprender. Él comprende que el marido y la mujer tienen derecho a que puedan tener defectos y mientras esos defectos no sean ofensa a Dios. Hay que querer al cónyuge tal como es, con sus defectos. Ahí tienes un milagro, que cada hogar, cada familia, cada matrimonio se encomiende al Cristo Moreno. Pedir al Señor de los Milagros que yo quiera, que yo comprenda, que vuelva empezar esa ilusión del primer día.”
Finalmente, concluyó diciéndoles que Jesús siempre los espera y que nunca es tarde para volver a empezar; y que este año la familia ocupe un lugar importante en la procesión.
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