Cardenal Cipriani: “Santa Teresita, Beato Juan XXIII, vuelvan a soplar el amor en nuestros corazones”
“Que ese corazón de la Iglesia arda, que ese corazón nuestro arda. Y sepamos celebrar y recibir la Eucaristía con esa alegría, con ese amor”,
mencionó el Cardenal Juan Luis Cipriani en la Santa Misa por el 36° aniversario del Instituto Superior de Estudios Teológico “Juan XXIII”-ISET, cuya solemnidad contó con la presencia de las reliquias de Santa Teresita del Niño Jesús.
El Arzobispo de Lima señaló que el gran problema de la vida en la Iglesia es que la llama del amor que da vida a las congregaciones religiosas y a los fieles cristianos, se está apagando.
“Si se apaga ese amor que arde en la Iglesia, en las comunidades religiosas, en los sacerdotes, en cada Eucaristía, en cada fiel: soltero, casado, joven, anciano. Si no arde el deseo de estar junto a la Cruz, la Iglesia no puede seguir”, comentó.
Recordó también que tanto Santa Teresita como Beato Juan XXIII nos enseñaron que amar es darlo todo, darnos a nosotros mismos en lo ordinario para servir a la Iglesia.
Por tal motivo, exhortó a seguir el camino de la infancia espiritual, volver a ser niños delante de Dios, para contrarrestar las dificultades que se presentan en el mundo de hoy.
“Hermanos, a esta madre maravillosa que es la Iglesia hay que amarla, no hay que golpearla ni discutirla. Por eso, te invito a ese camino de infancia espiritual que justamente significa madurez, fortaleza, tener el coraje de entrar por los caminos de la cruz, no tengas miedo del martirio ni la incomprensión.
En otro momento, el Cardenal Cipriani saludó a todos los miembros, directivo y a los alumnos del ISET Juan XXIII, a quienes felicitó por ser parte de un instituto que forma en vocaciones para servir al Señor.
“Al saludar y felicitar al ISET en este aniversario recordamos todo ese camino dando gracias a Dios y pidiéndole que salgan abundantes frutos a la vida religiosa. Qué necesaria es la vida religiosa en la Iglesia, cuántos santos han iluminado la vida de la Iglesia viniendo de los religiosos y religiosas. No se concibe la vida de la Iglesia sin la vida religiosa”, prosiguió.
Del mismo modo, manifestó a los religiosos y religiosas la importancia de una conversión en sus vidas y dentro de sus congregaciones. “Hoy la vida religiosa necesita una conversión, un volver la mirada a sus fundadores y a sus carismas, un volver a amar lo que fue la razón de ser de su fundación. No hay que adaptarse a los tiempos, hay que adaptar los tiempos a Dios”, expresó.
Finalmente, pidió a Santa Teresita y al Beato Juan XXIII que “iluminen, guíen y fortalezcan los caminos de este maravilloso Instituto, que siempre tiene que ir convirtiéndose y mejorándose”.
“Corazón de Jesús, ten misericordia de nosotros; corazón dulcísimo de María, enséñanos a querer a tu hijo. Y a rezar por los pastores, señal clara de unidad en la Iglesia. Estar unidos no solo de palabra y de obra, sino de pensamiento, de trabajo, de enseñanza al Magisterio de los pastores”, concluyó.
Concelebraron con el Cardenal Cipriani, el padre Enrique Segovia, OFM, Rector del ISET; el padre Miguel Llerena, OAR, Delegado del Concejo Directivo; el padre Guillermo Ramírez, CSSR, Director de Estudios.
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