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Cardenal Cipriani pide una sociedad con valores

El sábado 18 de septiembre, en su programa “Diálogo de Fe”, el
Cardenal Juan Luis Cipriani invocó a todos los peruanos a construir una
sociedad con valores morales y cristianos que promueva la dignidad de la
persona, la honra, la verdad y defienda la familia y la vida desde el
primer instante de la concepción hasta la muerte natural.

El Arzobispo de Lima levantó la voz, de acuerdo a la Doctrina de la
Iglesia Católica, reconociendo los casos de las interceptaciones
telefónicas a los candidatos municipales como una violencia moral, que
destruye la dignidad de la persona.

“Estamos viendo una organización que pretende destrozar la dignidad, la
honra, la verdad, maltratar la familia, y a la juventud acostumbrándola a
una serie de inmoralidades. Esta violencia de inmoralidad está invadiendo
bastantes ambientes del país”, reconoció.

“Hay un derecho importante que nos obliga a un comportamiento moral,
todas nuestra palabras y acciones tienen consecuencias. No puedo
organizarme para malograrle la vida a otros, para incitar a que no haya una
conciencia moral, que diga “esto está bien, esto está mal”, creo que
es muy importante que la inteligencia, ayudada por la buena voluntad,
descubra que en la vida hay que respetar una serie de valores y si no se
respetan esos valores, empieza a haber una impaciencia y molestias que
primero es simplemente moral, pero después se convierte en violencia
física”, prosiguió.

Por ello hizo un llamado a todos los empresarios a tener una mayor
responsabilidad al momento de programas sus publicidades en los medios de
comunicación.

“Cuando uno decide publicidades uno está también teniendo una
responsabilidad moral, no solamente tienes que ganar dinero, tienes que ver
qué tipos de valores estás promoviendo con tus productos. El avisaje y
publicidad que hacen las empresas es muy importante porque son quienes
financian los valores o antivalores. Tenemos derecho de exigirle a quien
tiene dinero que sea responsable de qué hace con su dinero”, exhortó.

En otro momento, y en el marco de la campaña electoral, el Cardenal
Cipriani recordó a los candidatos incluir en sus campañas la defensa de
los principios éticos.

“Si sólo nos preocupamos en dar ideas y no hablamos de valores, de
familias, de paz, verdad, conducta decente y hay campañas para destrozar
al otro, ¿qué educación estamos dando a la juventud? El fin no justifica
los medios, aunque uno quiera ganar dinero, hay que usar la forma y los
medios honestos. La Iglesia tiene que encender esa luz”, reflexionó.

Vida, familia y moral

El Arzobispo de Lima insistió en levantar la mirada y los esfuerzos en la
promoción de la familia como la principal escuela donde los hijos se
educan en la verdad y en el amor, valores muchos más trascendentes que lo
material.

“El saludo cariñoso de tu hijo es mucho más importante que un aumento
de sueldo. Uno quiere a sus hijos contentos, a su esposa, a sus padres y
gente que quiere sana, son valores más de fondo, uno quiere ver a un
sacerdote ayudando a los demás, uno quisiera que con el esfuerzo de todos
logremos que los valores morales influyan en la vida de cada uno, no todos
es cuánto gano, o qué poder tengo”, señaló.

En ese sentido, recordó que el hombre está llamado a ser feliz, buscando
la santidad en las situaciones cotidianas de nuestras vidas: la familia, el
trabajo, la escuela, la universidad, etc.

“Dios nos llama a ser santos, y a ser sus amigos. No dejes que tu
corazón sea amargado, frío oscuro, mucha gente te quiere. En medio de los
problemas, dedica un tiempo de silencio, y en ese silencio encuéntrate
contigo mismo, primero, y luego que Jesús hable. En medio de presiones y
tráfico necesitamos espacios de silencio, donde te descubres cómo eres
para cambiar o mejorar”, animó.

Chile Bicentenario

Finalmente, el Arzobispo de Lima saludó de manera especial al pueblo
chileno, que hoy celebra su bicentenario de vida republicana.

“Somos dos pueblos hermanos, delante de Dios, unidos por una misma fe.
Rezamos por ese hermano país, por esa unidad y buen entendimiento de los
países hermanos en Latinoamérica, es un motivo de especial alegría y
solidaridad. Cómo no recordar el gozo cuando esos hermanos mineros, que
desde aquí rezamos por ellos, sintieron ese gozo que ya se va acercando
ese instrumento que les va a dar la libertad, que continúe esta
maravillosa obra del rescate y el Señor los consuele, les de paz y los
fortalezca”.

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