En el programa Diálogo de Fe del sábado 29 de marzo el Cardenal Juan Luis Cipriani agradeció a las más de 250 mil personas que participaron de la Marcha por la Vida, una manifestación pacífica y positiva que ilumina el panorama de nuestro país, y que cuenta con el apoyo del Papa Francisco.
“Más de 250 mil jóvenes, casados, solteros, niños, todos con un espíritu alegre, de fe, marcharon por las calles diciéndole ¡Sí a la Vida! Quiero agradecer a Dios que ha estado presente en el corazón de tanta gente. Agradecer a todos los que participaron de la Marcha por la Vida que fue muy bonita y esperanzadora”, expresó.
Por tal motivo, expresó su indignación porque se quieren introducir en la agenda del país temas como la unión civil o el aborto terapéutico.
“Son temas que cambian profundamente la naturaleza de la familia, cambian la protección de la vida, y por lo tanto trascienden. Eso requiere de una modificación constitucional y requiere de una consulta amplia a la población, un referéndum”, señaló.
Comentó que, debido a la profundidad de este tema, se debe ir por el camino establecido en la Constitución, salvaguardando los intereses de la familia y de la sociedad.
“Hay instituciones que es importante defender para que la estabilidad de un país funcione. En ese marco de principios habría que ver si aspectos que hacen referencia a la naturaleza del matrimonio, de la familia y de la vida, puedan ser objeto de una simple modificación legal o también requieren de una consulta mayor porque afectan a algo muy grave. Habrá gente a favor y en contra pero vayamos por el camino de la institucionalidad”, afirmó.
Mencionó que la Iglesia tiene con claridad unas normas que normalmente las emite el Santo Padre y que el obispo del lugar tiene la responsabilidad de mantener, lo cual es una posición del Magisterio de la Iglesia en continuidad de siglos.
“Cuando veo esas propuestas debo manifestar, como Pastor y como responsable de guiar a la Iglesia, que la vida se debe preservar siempre y en toda circunstancia, que el matrimonio entre un hombre y una mujer es lo que Dios ha querido para la humanidad y que eso debe ser un bien fundamental que se cuide siempre”, refirió.
Dijo que respeta las opiniones de los demás pero estas cosas que afectan de manera profunda a la sociedad deben ser objeto de una consulta profunda, sin generar polémicas que lleven a fomentar cortinas de humo que solo afectan al país.
“Es algo serio que hay que conversarlo, discutirlo y exponerlo, pero no como para embarrar el panorama o tapar una cosa y poner otras, sino para que claramente en tantos hogares los padres puedan educar bien a sus hijos en lo que es un matrimonio”.
En otro momento recordó las palabras del Papa Francisco quien ha exhortado a los sacerdotes a ayudar a sus fieles a que puedan confesarse y pedir perdón por sus pecados con facilidad.
Del mismo modo, animó a que en este tiempo de Cuaresma los sacerdotes, de manera especial los viernes, tengan en todos las Iglesias esos momentos de confesión, para ofrecerles a los fieles esa ilusión y esperanza del perdón.
Así también los católicos debemos acudir a la confesión reconociendo plenamente nuestros pecados con un propósito de enmienda. “Los animo a ir a ese sacramento del perdón, de la ternura, del cariño. Dios es muy bueno, Él perdona siempre. Por eso manifiesta delante de Él ese arrepentimiento”.
Expresó también que el Santo Padre quiere que fijemos la mirada en lo esencial de la vida, ya que muchas veces el pecado deforma los sentimientos y la visión de la vida.
“La Iglesia no molesta, la Iglesia ofrece el camino a la felicidad, ofrece el amor de Dios que te perdona. Este es el deseo que tiene Dios para que ofrezcamos en el mundo de hoy esa paz y esa serenidad”, concluyó.
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