Durante su programa Diálogo de Fe del sábado 9 de octubre, el Cardenal
Juan Luis Cipriani exhortó a todos los peruanos a perseverar y
comprometerse a rezar el Santo Rosario en Familia, al recordar que es una
oración muy querida por nuestra Madre la Virgen María.
“Ella (La Virgen María) es la que cuando nos ha aparecido nos recuerda:
me gusta mucho que me recuerden en el Rosario. Esto es amor verdadero que
debe presidir los hogares, el amor ingenuo, cándido, bonito, el ruido del
niño recién nacido, te da una nueva vida, María que es nuestra madre
está anhelando siempre esa mirada nuestra, y le vamos recordando en el
Santo Rosario”, reflexionó.
Del mismo modo, el Primado del Perú recordó que la devoción a la Virgen
del Rosario, fiesta que se celebró el 7 de octubre, fue iniciada en la
orden dominica.
“Yo tengo cariño muy grande a mi mamá, pero tengo un cariño más
grande a María, mi madre del cielo, vivir huérfano de María es vivir muy
mal, animo a que todos tengan en su corazón y en su mente ese canto:
María tu eres mi madre, María eres mi amor, María Madre mía yo te doy
mi corazón”.
Por ello invocó a los medios de comunicación un mayor deber en la
difusión de noticias positivas, como el rezo del Santo Rosario en Familia.
En otro momento, el arzobispo de Lima pidió de manera especial a todos los
fieles un compromiso por defender la verdad, en tiempos donde se percibe
mucha mentira, desinformación y campañas contra la Iglesia.
“Veo mucha mentira que funciona más con la imagen que con la verdad y se
deforma. Hemos nacido y vamos a morir, todo esto es encender la luz de la
fe junto a la villa del deporte, política y cultura. No pongas como
enemigos a la fe y el amor a Dios, y no dejes que fácilmente cambien la
imagen de lo que es la Iglesia”, reflexionó.
“En el mundo de hoy aparecen ídolos y mañana los estamos enterrando, y
lo que queda es la presencia de Dios y la de nuestros seres queridos”,
continuó.
En otro momento, recordó la importancia que todos los bautizados confirmen
con sus actos, y sus obras la fe en Cristo.
“Insisto en que la verdad de la Iglesia depende de que nosotros los
sacerdotes, religiosos, obispos y todos los bautizados seamos testigos que
den fe de lo que han visto, de lo que han vivido, de lo que han oído. Si
no hay obras que no me hablen de la fe”, reconoció.