Cardenal Cipriani 17 años al frente el arzobispado de Lima
“Ha sido tiempo de oración y de trabajo, también de sufrimiento como todo buen obispo. Y creo que con la gracia de Dios ha habido frutos abundantes. Por eso, les doy gracias a ustedes que me han acompañado con su oración y que sigan rezando”.
En el programa Diálogo de Fe del sábado 09 de enero, el Cardenal Juan Luis Cipriani agradeció a Dios y al pueblo peruano por los 17 años que viene trabajando como Arzobispo de Lima y Primado del Perú. Un día como hoy, el Papa San Juan Pablo II lo nombró Arzobispo de Lima cuando el Cardenal Juan Luis aún tenía a cargo la Arquidiócesis de Ayacucho.
“Hoy cumplo 17 años como Arzobispo de Lima, y la verdad le doy gracias a Dios y les pido oraciones a todos en esta tarea por la cual daré cuenta a Dios. Cuando Dios me pregunte: “¿Qué hiciste con esos hijos míos?, ¿cómo transmitiste esa fe?, ¿cómo los ayudaste?”. Son preguntas fuertes que Dios tiene para un obispo. No creo que me pregunte por las elecciones, la embajada de Japón o las cartas falsas. No preguntará por tantas cosas que a veces llenan de ruido la vida”.
“En el fondo del alma la gran pregunta es lo que le dijo a Pedro: “¿Me amas?”. Esa es la gran pregunta que tenemos los obispos y sacerdotes y en el fondo toda persona cabeza de un hogar y de una institución en diferentes medidas. Hoy como digo, les pido oraciones y les doy gracias porque me han acompañado con tanta cariño”.
El Cardenal Juan Luis señaló que en medio de una sociedad que se desarma, la labor del obispo es mantenerse firme en su fe.
“En un tiempo en el que la sociedad está desarmando toda su organización a nivel mundial con ese veneno que es la ideología de género, que ya no reconoce que hay hombres y mujeres y en la que ni siquiera se reconoce que el nacimiento es producto de un hombre y una mujer. En donde se va rompiendo lo que es la maternidad y la paternidad y al mismo tiempo una institución tan importante como el matrimonio y la familia”.
“Cuando una tendencia empieza, en nombre del progreso, a desarmar lo que ha sido el cimiento de una larga generación: matrimonio, familia, vida, respeto y orden público; es cuando el pastor no debe huir y debe decir: para”.
“La defensa de la vida y la familia son plataformas no negociables”
El Arzobispo de Lima también indicó que la familia y el matrimonio son plataformas no negociables que no deben ser vistos como problemas políticos porque son instituciones anteriores a la política.
“La familia es un asunto mucho más íntimo a la naturaleza misma. Cuando hay ese intento en que el Estado quiere diseñar tu vida familiar es un desastre. Cuando el mercado quiere manejar tus costumbres personales también te destruye. En esos momentos como ahora, la Iglesia tiene la obligación de ser testigo, testigo que puede sufrir martirio o el maltrato de la honra. Todos los obispos si queremos ser fieles a la tarea que Jesucristo nos ha impuesto debemos enseñar la verdad”.
“Lo que quiero decir es que los candidatos no los elegimos para que escojan con quien me voy a casar. No elijo un presidente para que organice mi casa. Elijo un presidente para que cuide ese bien común, para que mejore el habita donde nosotros vivimos. Tampoco para decirles si tengo derecho o no a educar a mis hijos en la fe, para eso no estoy eligiendo”.
La Iglesia de Lima sigue en marcha
Por otro lado, el Cardenal Juan Luis se refirió acerca de las labores que la Iglesia de Lima tiene preparadas para los inicios del año.
“Es bueno que la gente conozca la vida de la Iglesia. Por ejemplo, esta semana un grupo de sacerdotes de Lima ha tenido su retiro anual, cinco días en silencio en donde el sacerdote se prepara poniéndose delante de Dios para ver cómo esta su alma, su trabajo y sus objetivos. Al mismo tiempo, por ejemplo, estamos en estos días, en esos grupos de reflexión para ver los candidatos que van a entrar al seminario el año que viene”.
“Justamente el seminario este año organiza misiones. Unos van a estar en la zona del cerro San Cristobal, otros en Chorrillos y otros en Manchay. Se van allá a vivir en esas mismas circunstancias. Entonces este inicio de año nos pone un poco en esa misión de la Iglesia: el sacerdote revisando su motor, los posibles candidatos al seminario y los del seminario saliendo a ponerse en práctica en estas misiones”.
Por último, el Cardenal invitó a los oyentes a la Santa Misa que se realizará mañana domingo con la comunidad quechua hablante en la Catedral de Lima e impartió la bendición a todos los oyentes.