Arzobispo de Lima reitera defensa de la vida desde su fecundación hasta la muerte natural. Pidió proteger a la familia desde el marco legal
El domingo 15 de noviembre, el Cardenal Cipriani presidió la Santa Misa en la Basílica Catedral de Lima conmemorando los 160 años de la presencia de la comunidad china en el Perú y también saludó la iniciativa de la ONG Luz Ámbar de apoyar el “Día Mundial de las víctimas de accidentes de transito”.
A la Santa Misa también acudieron cientos de fieles de la Vicaría Episcopal VIII de la Arquidiócesis de Lima, quienes peregrinaron a la Iglesia Primada para ganar indulgencia plenaria con motivo del Año Sacerdotal.
Durante su homilía, el Arzobispo de Lima recordó que toda comunidad se organiza en base a los valores que se forman en ella. En tal sentido, invitó a los fieles congregados en la Catedral de Lima a formarse una recta conciencia para defender los valores fundamentales, como es el derecho a la vida.
“La fe no es para el silencio, es para que se proyecte en la organización de la comunidad. Formemos nuestra conciencia en el hogar, las escuelas, y en los medios de comunicación. Debemos tener una conciencia que despierta cuando actúa mal, no puede estar adormecida en el relativismo”, mencionó.
La defensa de la vida
En ese sentido, el Pastor de Lima reiteró su defensa del derecho a la vida desde su concepción hasta la muerte natural. Invitó a los fieles a unirse a esta cruzada en defensa de la vida, y a las autoridades peruanas a promover leyes que defiendan este valor fundamental en la sociedad.
“Que el respeto a la vida desde su concepción hasta la muerte natural sea el centro y fundamento de todo derecho humano. Que la familia, célula fundamental de la sociedad, esté protegida, promovida y apoyada por las leyes. Nos toca a nosotros defender y profundizar la presencia de esos valores y de la fe”, señaló.
“Una madre que espera en su vientre a una criatura es un santuario. La fe nos dice que la vida del ser humano desde la concepción y la muerte natural pertenece a Dios y no a los hombres, le confiere a la vida un carácter sagrado, una divinidad personal que suscita una única actitud legal y moral correcta, y es el respeto total y absoluto al principio más elemental de la vida”, prosiguió.
Comunidad China y presencia de ONG Luz Ámbar
Finalmente, el Arzobispo de Lima saludó de manera especial a la comunidad china por sus 160 años de presencia y trabajo en el Perú. Asimismo, saludó la iniciativa de la ONG Luz Ámbar de sumarse a ayudar a que la comunidad tome conciencia a través de los conductores de vehículos con un conjunto de actividades que se vienen desarrollando por el “Día Mundial de las víctimas de accidentes de transito”.
“Esta migración china que con su laboriosidad han sido acogidos en un medio que los ha iluminado con la fe y esperanza, que algún día ese continente chino abra sus puertas con libertad y respeto a la fe católica. Que Dios los bendiga a ustedes miembros de la colonia China”, expresó.
“Esta iniciativa (de Luz Ámbar) de pedir un mayor respeto por quienes conducen el carro para evitar accidentes, respetar las normas y manejar con mayor prudencia, todo esto y tantas iniciativas nos hacen ver que esa nostalgia de hacer el bien siempre el Señor la mantiene viva, que el Señor nos de fuerzas y nos ayude para que con esperanza pongamos nuestra confianza en la victoria de Cristo”, culminó.
Concelebraron con el Cardenal Cipriani; los obispos Auxiliares de Lima, Mons. Raúl Chau, y Mons. Adriano Tomasi OFM; así como sacerdotes de la Vicaría Episcopal VIII de la Arquidiócesis de Lima.
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