En el programa “Diálogo de Fe” del sábado 28 de agosto, el Cardenal
Juan Luis Cipriani animó a los fieles a ser verdaderamente coherentes en
la vida, de manera que exista una unidad entre lo que se dice, se piensa y
se hace.
“Vivir sin superficialidad. Esa unidad entre lo que piensas haces y
dices, hace que una persona tenga actitud creíble. Necesitamos en el mundo
firmeza de pensamiento, de acción y de todo lo que uno tiene para que haya
unidad. Hay que ser uno y procurar ayudar a los demás. Cuando es uno firme
en sus convicciones nunca se doblega”, señaló.
En tal sentido reconoció que los santos como los mejores ejemplos de
coherencia de vida, enfatizando que, en palabras de San Josemaría
Escrivá, “estas crisis mundiales son crisis de santos”.
“Ahora hay santos en las calles, no están en los periódicos, no tienen
rating, pero tienen coherencia; y puede ser una mujer humilde del campo. El
día en que tú y yo nos tomemos en serio las obligaciones, ese día nos
daremos cuenta que la santidad está al alcance de las manos”.
Por ello reconoció el ejemplo de Santa Rosa de Lima, cuya solemnidad se
celebra este lunes 30 de agosto, como un ejemplo de coherencia de vida.
El Arzobispo de Lima presidirá la Santa Misa en la solemnidad de Santa
Rosa, el lunes 30 de agosto a las 11 a.m. en la Basílica Catedral de Lima,
con la presencia de la venerada imagen de la Patrona de las Américas,
Indias y Filipinas, y miles de fieles que acudirán a la Iglesia Primada
para participar de la celebración litúrgica.
Cartas falsas
A propósito de la entrevista que sostuvo en RPP, el ex presidente
Alejandro Toledo, el Cardenal Cipriani fue consultado sobre el lamentable
caso de las “Cartas falsas”, reconociendo su interés por no reabrir
discusiones pasadas.
“¿Perdonados?, están perdonados, pero la parte legal quedó en nada
como tantas cosas en este país. El tiempo ha reconocido ese atropello
contra la Iglesia y sus autoridades, la Iglesia es Una Santa, Católica,
Apostólica y Romana. Pienso que queda en la historia de algunas personas
esa huella de maldad”, mencionó.
“Para mí es desagradable recordar esa situación delictiva, en la que
efectivamente el señor (Fernando) Olivera se presentó en Roma con cartas
falsas, teóricamente una escrita por mi y otra por el Señor Nuncio
Apostólico de la época, ese atentado contra dos personas dignas de la
Iglesia se consiguió en la mentira de dejarlo en la nada, por supuesto que
quienes estaban al frente sabían porqué firmaron una resolución Suprema
autorizando el viaje del ministro, y quien recibe una carta tiene que
verificar si es verdad”, culminó.