El Cardenal Juan Luis Cipriani animó a los fieles a que en octubre, mes del Señor de los Milagros, acompañemos la procesión con una actitud de conversión. Estas exhortaciones las dirigió en la Santa Misa que presidió el domingo 16 de octubre, en la Catedral de Lima.
“El Señor de los Milagros es la escuela de nuestro pueblo y es parte de nuestra identidad católica que nos han dejado como herencia. Ahí Él te ofrece perdón, sanar tu salud, acompañarte en la soledad, liberarte del pecado. Deja de lado esas pequeñas rencillas y venganzas, mira a Cristo y entrégate a los demás, recupera la paz que viene de Él. Ese tesoro del Señor de los Milagros seguirá siempre bendiciendo a todos los hogares de nuestro querido Perú”, comentó.
En tal sentido, el Arzobispo de Lima exhortó a todos los fieles a acerarse al sacramento de la Confesión para reconciliarnos con Dios.
“Todos tenemos una llamara a la conversión, a la confesión, a mirar a Jesús y al mirarlo en la cruz comprender nuestra vida. El triunfo de Cristo en la Cruz es el triunfo de la humildad en la que el dolor me enseña que es la garantía del amor. Cristo, desde la cruz, defiende a tus hijos, tu libertad y tu fe”, recomendó.
En otro momento, el Cardenal Cipriani recordó que la Iglesia siempre saldrá a predicar la verdad revelada por Dios; por ejemplo, en defensa del matrimonio de un hombre y una mujer para toda la vida; así como en la promoción de la vida desde el primer instante de la concepción hasta la muerte natural.
“Hay veces que la doctrina de Cristo está como oscurecida y entonces los pastores tenemos que entrar con más frecuencia, con más firmeza y dar a Dios lo que es de Dios. Por ejemplo, en el matrimonio: Dios enseña que el matrimonio es una institución de un hombre y una mujer para toda la vida”, señaló.
“Por otro lado, toda vida es sagrada. “No matarás”. Y cuando vemos que los hombres quieren encontrar motivos para suprimir la vida de los niños en el aborto, la Iglesia tiene que levantar la voz, porque es Doctrina de Dios”, prosiguió.
“La fe en Cristo nos lleva a proclamar el Evangelio, a proclamar las verdades de la fe en el Catecismo, a vivir los Diez Mandamientos y recibir los Sacramentos, a buscar que en el corazón surja el arrepentimiento. Dios nos pide paciencia, esperanza, alegría y fe. Nada importante se logra sin esfuerzo. Todo lo que vale requiere de esfuerzo de la oración, del trabajo, del estudio, de la sinceridad con Dios”, culminó.
Concelebró con el Cardenal Cipriani, el Padre Rubén Risco, párroco de San Ricardo. Participaron de la Santa Misa jóvenes de la Vicaría Episcopal VI
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