✝️ Día 37 – Tú eres mío | CAMINO DE CUARESMA con el PADRE GUILLERMO SERRA
TÚ ERES MÍO
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Breve silencio para ponernos en presencia de Dios, rogando a María Santísima sea nuestra compañera y guía en este camino hacia el encuentro con su Hijo Jesucristo.
ORACIÓN INICIAL
Sólo en Dios descansaré, de él viene mi esperanza, sólo él mi roca, mi salvación, mi baluarte; no vacilaré. En Dios está mi salvación y mi honor, Dios es mi roca firme y mi refugio. Confiad siempre en él, pueblo suyo; presentad ante él vuestros anhelos. ¡Dios es nuestro refugio!
Salmo 61, 6-9
CITA
Ahora, así dice Yahveh tu creador, Jacob, tu plasmador, Israel. «No temas, que yo te he rescatado, te he llamado por tu nombre. Tú eres mío.
Si pasas por las aguas, yo estoy contigo, si por los ríos, no te anegarán. Si andas por el fuego, no te quemarás, ni la llama prenderá en ti.
Porque yo soy Yahveh tu Dios, el Santo de Israel, tu salvador… dado que eres precioso a mis ojos, eres estimado, y yo te amo. Pondré la humanidad en tu lugar, y los pueblos en pago de tu vida. No temas, que yo estoy contigo.
Isaías 43, 1-5
REFLEXIÓN
¿Nos hemos detenido a pensar lo que significa ser precioso a los ojos de Dios? ¿Hemos podido constatarlo en cada acontecimiento de la historia y nuestro camino personal? La simple contemplación de Cristo crucificado nos debería de llevar a concluir el valor tan grande que tiene cada una de nuestras vidas a los ojos de Dios.
Somos tan amados que Él aceptó entregar su vida por nuestro rescate; somos tan preciosos que nos renueva en la gracia cada vez que arrepentidos le pedimos perdón; somos tan preciosos que no se cansa de mirarnos y esperarnos en la Eucaristía.
Sí, ¡somos suyos! Creaturas de sus manos, producto de uno de sus sueños de amor. Pero nos hemos extraviado en la oscuridad del pecado y el mundo quisiera reclamarnos como de su propiedad.
Todos hemos perdido algo, y con cuánto afán buscamos aquello que valoramos infinitamente y no encontramos. El Señor ha ido hasta las últimas consecuencias con tal de poder recuperarnos, nuestro precio fue el derramamiento de la sangre de Cristo. Dios no puede hacer más, se ha hecho todo, no es necesario hacer más.
Pero queda un paso más que dar en la redención, y es nuestra respuesta. Somos de Dios, Él nos dice con fuerza y mucho amor: “Eres mío”; solo falta que nosotros nos reconozcamos así, pequeños, humildes y limitados pero a la vez, convencidos y agradecidos para que cada uno pueda devolver ese grito al Señor: “¡Sí, soy tuyo!”
ORACIÓN
SI MI CORAZÓN
Si mi corazón se alejase de ti
Si mi corazón se enfriase
Si mi corazón te llegara a abandonar
Si mi corazón ya no te tocase
Si mi corazón estuviese lleno de dolor
Si mi corazón se llenara de rencor
Si mi corazón estuviese oscurecido
Si mi corazón estuviera lleno de pecado
Si mi corazón ya no supiera amar
Entonces, Jesús,
Si mi corazón se rompe, pégalo
Si mi corazón se escapa, atrápalo
Si mi corazón no es tuyo, ¡róbamelo!
Del libro Jesús a mi alma. P. Guillermo Serra, L.C.
PROPÓSITO
Repasar en oración, junto a un crucifijo todas aquellas partes del corazón que no son de Jesús, o que no son preciosas a sus ojos. Decirle con confianza: “si esto no es tuyo, tómalo, róbamelo. Quiero ser totalmente tuyo, precioso a tus ojos”.