Camino de Cuaresma – Día 6 Ayuno: Silenciar las palabras

Camino de Cuaresma – Día 6 Ayuno: Silenciar las palabras

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Breve silencio para ponernos en presencia de Dios, rogando a María Santísima sea nuestra compañera y guía en este camino hacia el encuentro con su Hijo Jesucristo.

ORACIÓN INICIAL

Señor, concédenos la disposición de desapegarnos de todo aquello que nos aleja de ti. Regálanos tu Santo Espíritu para que con docilidad e infinita confianza en tu bondad y misericordia, podamos imitar a María Santísima. Que ella nos alcance la gracia de encontrar a Jesús en el silencio de nuestro corazón.

CITA

Me digo: “El Señor es mi herencia, por eso espero en él”. El Señor es bueno para quien confía en él, para quien lo busca. Es bueno esperar en silencio la salvación del Señor (Lam 3,24-26).

REFLEXIÓN

El ayuno es una de las prácticas propuestas durante la Cuaresma para disponer mejor nuestro corazón para la vivencia del Triduo Sacro y sobre todo, la Pascua de Resurrección.

A menudo se identifica exclusivamente con actos de mortificación corporales, sin embargo el ayuno en realidad es una actitud de privación voluntaria que no se limita a los alimentos.

Ya el Papa Francisco nos ha hablado de la necesidad de ayunar de actitudes negativas que endurecen nuestro corazón y nos hacen insensibles, no sólo al amor de Dios sino a las necesidades de nuestros hermanos.

Hoy yo quiero proponerte un ayuno de palabras, quiero invitarte a un verdadero retiro donde se pueda dar el encuentro entre Dios y tu alma, donde Él pueda hablar y tú escuchar.

Apártate del ruido interior de tus propias palabras, de tus preocupaciones, dolores, juicios, pretextos, justificaciones. Hazle conocer a Dios que le buscas, que confías en Él, que quieres escucharle. Renueva tu fe y tu esperanza en sus promesas y sólo quédate en silencio.

Recordemos cómo Jesús le recordó a Marta que lo importante no eran sus palabras, sus múltiples inquietudes o preocupaciones, sino la actitud de contemplación silenciosa de su hermana María.

Queremos hablar mucho con Dios, pero en realidad no necesitaríamos decir nada; Él conoce las profundidades de nuestro corazón, cada uno de nuestros pensamientos, todas nuestras necesidades. Y lo que es más, Él toma la iniciativa, se acerca a nosotros pues quiere dárnoslo todo. Solo necesita que nosotros le demos el espacio, el tiempo y el silencio para poder escucharlo, comprenderlo mejor y recibir su gracia.

ORACIÓN

TE LLEVARÉ AL DESIERTO

Tomaré tu mano y lentamente te guiaré
en lo profundo de mi silencio
Con palabras de enamorado
te llevaré al desierto de mi corazón

Suavemente, te despojaré de todo ruido
Caminaré escondiéndome en el frío
Te seguiré en las horas de calor
Prepararé el templo de mi corazón

Libre te quiero alma mía, muy amada
Despójate de todo mal
Vuela libre sin distracciones
Aquí estoy para guiarte sin ser dañada

La tierra prometida es tu destino
Lugar privilegiado de mi amor
Templo santo y espejo del cielo
Donde vivirás en mí… por siempre

Del libro Jesús a mi alma. P. Guillermo Serra L. C.

PROPÓSITO

Fija tu mirada en Cristo crucificado, contempla el amor que se derrama desde su costado abierto y simplemente quédate ahí, evocando un sentimiento de profunda gratitud, deseo de corresponder a su sacrificio y más que nada, apertura para escuchar lo que Él quiere decirte.

Autor: Padre Guillermo Serra, L.C.

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