Otoño es la época escogida por muchas parejas para celebrar su boda. Son fechas en las que todavía se pueden celebrar enlaces al aire libre y, sin embargo, queda lejos el sofocante calor veraniego. En el día más importante hay que cuidar todos los detalles y el traje de novia es una pieza clave.
Es cierto que todas las novias brillan el día de su boda, es un acontecimiento único para el que los novios se preparan durante meses. Pero elegir el traje perfecto también tiene su truco para que, además de guapa y elegante, el vestido sea cómodo y favorecedor. Dependiendo de la época del año, del estilo de la celebración y de la localización de la misma elegiremos un conjunto u otro.
Por qué celebrar una boda al aire libre es una buena idea
Una finca en una boda campestre, una fábrica rehabilitada en una de estilo industrial, un caserío con patio exterior, un antiguo monasterio con un claustro al aire libre… Las posibilidades de celebrar una boda exterior son casi infinitas. La naturaleza ayuda a que el ambiente sea idílico y la boda mucho más especial.
Aunque todo depende de las preferencias y gusto de los novios, hay una tendencia que perdura: la de combinar espacios interiores y exteriores en las celebraciones. Muchas fincas preparadas para bodas ofrecen estos dos ambientes. En parte porque es importante que siempre haya un espacio interior acondicionado en el caso de que el tiempo, siempre impredecible, no acompañe ese día. Sin embargo, es en los jardines, plazas o claustros donde se suelen celebrar los momentos más especiales de las bodas: la ceremonia y el cóctel.
Si se tiene en cuenta que los banquetes suelen acortarse a favor de alargar el cóctel inicial, los salones interiores se utilizan cada vez durante menos tiempo. En otoño, las bodas al aire libre todavía son posibles aunque hay que saber elegir el atuendo adecuado por si el día amanece frío.
Cómo vestir en tu boda exterior
El novio siempre va algo más protegido con la chaqueta del traje o esmoquin. Sin embargo, los vestidos dama de honor y los de la propia novia son de lo más variado en diseños y patrones y hay que saber escoger el adecuado.
En el caso de la novia los cortes más habituales son el corte sirena, ceñido hasta la parte baja de la cadera y con vuelo en la zona inferior; corte de princesa, con caída y vuelo o corte imperial, en el que el vestido se ensancha bajo el pecho. También existen muchos diseños con corte tubo, quizá el que se ajusta más a la silueta de arriba abajo y corte en A, una forma que recuerda a la propia letra, especialmente en el caso de los vestidos cortos.
Para una boda en otoño lo ideal es un vestido largo y, dependiendo de la fecha exacta, escoger el tipo de manga y escote. Si la novia es más tradicional se decantará por vestidos de estilo romántico con piezas sobrias y colores blancos o crudos. Si es más arriesgada jugará con espaldas abiertas, vestidos de dos piezas o un toque de color llamativo como el rojo o el rosa.
Además de la época del enlace, el lugar del evento marcará el estilo del vestido, tanto para novia cómo para dama de honor o invitada. Las fincas suelen estar situadas en el campo así que el atuendo, en general, suele ser más relajado, natural y cómodo. En la playa prima el estilo boho, desenfadado y libre. En una boda de Iglesia, la solemnidad es mucho mayor por lo que el vestido irá marcado por la elegancia y la discreción. A pesar de que el protocolo es amplio en cuanto a atuendo se refiere, es importante no abandonar los gustos personales de los novios.
Los detalles también son clave para ensalzar la exclusividad de un vestido y prácticamente todos ellos se concentran en la espalda y en las mangas. En el primer caso, las tendencias apuestan por espaldas escotadas o cargadas de elementos como encajes o pedrería. La espalda es una zona elegante del cuerpo y, de esta forma, se realza. En los últimos años, se han incorporado bordados de colores y flores a los vestidos. Son los llamados apliques que se colocan también a modo de cinturón o en la zona de los hombros.
Los volantes y los lazos tampoco han quedado atrás y son muchas las novias que optan por darle a su look un aire flamenco o un toque naif con la incorporación de estos elementos. En el caso de las damas de honor, se busca siempre un color y un estilo que no se confunda con el de la novia, que ese día destaca por encima de todo.