(Desde El Cañamelar, Valencia, José Ángel Crespo Flor).- Daniel Barenboim es de esos personajes musicales que merecen muy mucho la pena. Conocer su arte, estudiar su fondo humanitario y sobre todo, deleitarse con su ‘buen hacer’ musical es lo que más llama la atención de los melómanos de este gran director y pianista. Porque estamos ante un grande. Pero no un grande cualquiera, UN GRANDE con mayúsculas.
Ese intento de buscar y promover la paz a través de la música, en Barenboim no se queda en palabras huecas sino que ahí está su orquesta formada por palestinos e israelitas que corroboran todo cuanto estamos diciendo. Se podrá decir de Barenboim que es un extraordinario músico, que es uno de los ‘grandes’ como director de orquesta pero seguro que él se queda mucho más contento si se dice que este hombre es un trabajador de la paz, de la unidad, un embajador de la fraternidad entre los humanos lo que le ha hecho granjearse una notable fama. Una fama ganada a pulso y labrada en cualquier ensayo o en cualquier actuación.
Los valencianos, los amantes a la buena música, tienen ante si una ocasión inmejorable para deleitarse con uno de los grandes, con uno de los mejores, con uno que es sinónimo de ‘buen hacer’, con Daniel Barenboim, un buscador infatigable de la paz, la concordia y el hermanamiento entre naciones, entre personas y entre seres humanos. Será el 17 de febrero. Barenboim en esta ocasión estará dirigido por Yaron Traub quien estará al frente de la Orquesta de Valencia.
El programa escogido para la ocasión será el configurado por estas obras:
F. Liszt, Los Preludios, S 97;
Concierto nº 1 para piano y orquesta en mi bemol mayor, S 124;
R. Wagner, Los Maestros Cantores;
F. Liszt, Concierto nº 2 para piano y orquesta en la mayor, S 125
Para Barenboim, «la música debe ser una parte imprescindible de la vida. Por este motivo su compromiso es a favor de los niños pequeños, para que la música se convierta en una parte esencial de su vida»
El pianista y director de orquesta argentino-israelí Daniel Barenboim recibió el pasado 4 de noviembre el premio de música Herbert von Karajan, dotado con 50.000 euros (71.000 dólares) en la ciudad alemana de Baden-Baden. El montante del premio será entregado por el propio Barenboim a la Orquesta Joven de Andalucía, que fue cofundada por él y que está integrada por músicos árabes e israelíes.
Finalmente y a modo de resumen ahí van unos datos de su biografía. Daniel Barenboim (Buenos Aires, 15 de noviembre de 1942) es un músico argentino de familia judía de origen ruso, nacionalizado israelí y español. Barenboim logró la fama como pianista aunque con posterioridad ha obtenido gran reconocimiento como director de orquesta, faceta por la que es más conocido. En el año 2001 protagonizó la polémica dirección de una obra del alemán Richard Wagner en Israel.
De Daniel Barenboim a Diergo Alamar otro de los que prometen y no poco. Diego, como Daniel, se ha embarcado en un proyecto que tiene mucho de humanitario y también mucho de música. Cierto que Daniel es mucho Daniel pero …vamos a esperar un poco porque Diego promete y no poco.
Levante – EMV le realizó un reportaje. Nosotros aquí solamente vamos a ofrecer unas pinceladas. Pocas pero suficientes para saber que Diego Alamar está trabajando y está logrando lo que se propuso cuando decidió marcharse a Palestina, concretamente a Ramala.
Del Canyamelar a Ramala con una única finalidad: trabajar por y para la paz
Diego Alamar es un profesor de coro de Valencia que desde hace año y medio vive en Ramala dando clases de música a niños palestinos en un proyecto de la fundación Barenboim-Said. En medio de un ambiente prebélico, su misión es hacerles la vida un poco más agradable.
(Del Levante – EMV).- Del Canyamelar a Palestina con la música como herramienta de paz. Ese podría ser el resumen del último año y medio de vida de Diego Alamar, un valenciano, del Marítimo, director de la extinta Cambra Musical del Cañamelar, profesor de coro, que en enero de 2009 decidió dejar ‘la terreta’ para para embarcarse en una tarea muy seductora como es la de enseñar a cantar a niños palestinos. La música es cultura, dice, y la cultura acerca a los pueblos, incluso cuando el ambiente puede considerarse prebélico. Razones pues no le faltan y una cosa es cierta Diego Alamar sabe bien lo que quiere y demuestra que tiene las cosas muy claras. ¡Todas las cosas!. ¿Estaremos viendo el nacimiento de un segundo Barenboin?. Cualidades para la música, estudios, sacrificio y trabajo tiene de sobra.
Hasta hoy la labor de Diego era completamente anónima. Ha dejado de ser así porque algún amigo suyo quiso poner en valor su trabajo y nos habló de su última aventura. El jueves por la mañana lo sorprendimos en su casa de Ramala cuando llegaba de hacer la compra. Se rió cuando le dijimos que queríamos entrevistarle y después de darle tiempo para algo tan normal como colocar la comida, explicó algo tan complicado como enseñar música en Palestina.