“Construyamos un ambiente de amor, solidaridad y oración en familia”, exhortó el Cardenal Juan Luis Cipriani en la Santa Misa que presidió en la Basílica Catedral de Lima el domingo 01 de agosto, XVIII del tiempo ordinario, recordando la importancia de amar a nuestros hermanos con obras concretas.
Durante su homilía, el Arzobispo de Lima animó a los fieles a buscar los bienes del cielo, dedicando más tiempo a la oración, a alimentar el alma y a conocer la Palabra de Dios. También animó a dedicar más tiempo al prójimo, en especial a quienes están sufriendo por el friaje en varias zonas del interior del país.
Campaña de ayuda a damnificados por el friaje
Por ello reiteró el llamado a todos los fieles a colaborar con la campaña de recolección de ropa de abrigo para nuestros hermanos que sufren el friaje en las diversas zonas del Perú.
“Necesitamos ayuda para esos hermanos nuestros que están pasando momentos de enorme frío, para que en todas las parroquias, familias, colegios, recolecten frazadas y ropa de abrigo, para que de esa manera podamos enviarla a nuestros hermanos a quienes el clima los está haciendo sufrir. Eso es pensar en el amor al prójimo, en la responsabilidad de que todos tengan vida y la tengan lo mejor posible”, exhortó.
Vida y valores
El Pastor de Lima también mencionó que tenemos dos alternativas en la vida: ser el hombre viejo o ser el hombre nuevo. El primero está sumido por la vanidad, el egoísmo y los placeres; mientras que el segundo es aquel que se preocupa más del alma, los valores y el amor a Dios.
“No sigan engañándose unos a otros. Despójense del hombre viejo, revístanse del hombre nuevo. Esto lo lograrán viviendo los mandamientos, acercándose a los sacramentos, preocupándose por el prójimo y ayudándose unos a otros”, prosiguió.
Finalmente, el Pastor de Lima recordó que la gran enseñanza que la Iglesia, como madre y maestra, nos enseña es a dedicarnos más a Dios, amarlo, amar al prójimo y dedicar nuestro tiempo a los demás en el voluntariado y obras de caridad.
“Enséñanos a aspirar a las cosas de Dios, enséñanos a amar al prójimo con obras, no nos dejes encerrarnos en nuestros egoísmos, en nuestros placeres. Todo esto lo ponemos en manos de Dios en esta Eucaristía, pidiéndole al Señor que nos ayude a ser buenos discípulos suyos”, concluyó.
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