(José Ángel crespo Flor / Cañamelar – Valencia).- Antonio Diaz Tortajada, párroco de Santa María del Mar, columnista de EOS y Consiliario de la Junta de Hermandades de Semana Santa de la Diócesis de Valencia, acudió con unos cuantos feligreses de su parroquia, Santa María del Mar (Grao – Valencia), para ver in situ esta FERIA DE LAS CRUCES que ha organizado la Hermandad ‘Cristo de los Afligidos del Cañamelar’.
La verdad es que todos quedaron entusiasmados del trabajo realizado, de la dedicación del tiempo y las horas invertidas y del resultado final «es preciso – recalcó Antonio Diaz Tortajada – que esto se conozca porque supone todo un ejemplo de funcionamiento de una Hermandad de Semana Santa que, además, tiene a un crucificado como Titular. No sé si en España existirá algo semejante pero lo dudo y lo dudo más cuando sé y me consta que son tres años ya realizando este tipo de ‘Feria de las Cruces’. Cada año distinta y cada año mejor. ¡Os felicito, la verdad!. No falta detalle. Desde los doce apóstoles (cada uno con su cruz y su veón), pasando por el recuerdo al 50 aniversario del Concilio Vaticano II, del 20 aniversario de la instauración del nuevo Catecismo de la Iglesia Católica, de la puesta en marcha en la diócesis del IDR, de la próxima proclamación como doctor de san Juan de Avila, todo, absolutamente todo tiene su espacio, sin olvidar, claro, el 75 aniversario del fallecimiento del pintor y artista del Cañamelar José Benlliure que da nombre a la calle en la que está el local de esta querida Hermandad que, por un mes se convierte, gracias a esta Feria, en un auténtico Museo de la Cruz.
Antonio, al igual que sus acompañantes quisieron ver las cruces dejadas por la Delegación en Valencia de Misiones así como las tres de Cuba, la de Chufas, la de Piedras de Petra, la cruz de los Derechos Humanos, la de Tierra Santa y la configurada con ‘Tierra del Huerto de los Olivos’ deteniéndose, claro, a visionar el Cristo Roto, Cristo dado por Antonio Diaz Tortajada tras encontrarlo encima de un contenedor de basura ‘¡cuantos improperios se siguen cometiendo aún hoy, en pleno siglo XXi, contra la cruz y el crucificado!’ – recalcó el propio D. Antonio.
El párroco de Santa María tras terminar su recorrido y después de atender las explicaciones dadas por uno de los organizadores señaló «no podemos irnos de aquí sin rezar un Padrenuestro. Es lo que toca. Después de ver tantas cruces, de diferentes formas y tamaños, no se completaría la visita sin rezar la Oración que Jesús, quien murió por todos nosotros y que aquí está tan dignamente representado, nos enseñó. Creo que es lo mejor que podemos hacer tras haber disfrutado de un momento inigualable y de una Feria de las Cruces que se supera año tras año. ¿Mi consejo?: Continuad así, este es el camino que tiene que hacer una Hermandad que tiene como titular a un crucificado. ¡Mi enhorabuena más sincera!».