Ángel de la Guarda
Todos tenemos un Ángel de la Guarda que está constantemente a nuestro lado desde el momento en que nacimos, y seguirá estando con nosotros hasta la muerte y más allá de la muerte si es que vamos al Purgatorio o al Cielo. Solo dejará de estar con nosotros si nos condenamos en el Infierno.
Este Guardián que Dios nos ha dado, puede actuar más y mejor cuanto más nosotros lo invocamos y tratamos con él. Por eso tenemos que invocarlo frecuentemente y, especialmente en estos tiempos en que tantos demonios han aflorado a la superficie de la tierra, es necesario que estemos muy unidos a nuestro Ángel Custodio, pues el demonio es más fuerte que nosotros y si lo enfrentamos solos nos vencería, es por eso que Dios nos dio este Ayudante para que el combate sea más equilibrado. Así que invoquémosle en todo momento y recémosle la oración que seguramente nos enseñaron desde pequeño antes de dormirnos: “Ángel de la Guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día, hasta que descanse en los brazos de Jesús, José y María”.
Estamos viviendo tiempos muy peligrosos en que los demonios nos tienden muchas trampas y tratan de causarnos hasta accidentes físicos, es por eso que debemos invocar a nuestros ángeles para que nos defiendan de todo peligro y tenerlos como nuestros más íntimos amigos y seguir sus inspiraciones y consejos.