Al final nos examinarán del amor
Los cristianos llevamos veinte siglos hablando de amor. Repetimos constantemente que el amor es el criterio último de toda actitud y comportamiento.
Afirmamos que desde el amor será pronunciado el juicio definitivo sobre todas las personas, estructuras y realizaciones de los hombres.
Al final de los tiempos se nos juzgará sobre qué hemos hecho cuando nos hemos encontrado con alguien que nos necesitaba, o cómo hemos reaccionado ante los problemas y sufrimientos de personas concretas que hemos ido encontrando en nuestro camino.
Lo decisivo en la vida no es lo que decimos o pensamos, ni lo que creemos o escribimos, ni los sentimientos hermosos o la compasión, lo importante y decisivo es ayudar a quien nos necesita.
Según la advertencia de Jesús, estamos preparando nuestro fracaso final, siempre que cerramos nuestros ojos a las necesidades ajenas o eludimos cualquier responsabilidad que no sea en beneficio propio o nos contentamos con criticarlo todo, sin echar nunca una mano a nadie, sin ofrecer nada constructivo.
Dios reina allí donde hay hombres y mujeres capaces de amar y preocuparse por los demás, capaces de ayudar, de echar una mano gratis aliviando a ancianos solos, escuchando a gentes desesperanzadas o trabajando en diferentes servicios sociales.