Adviento, descubramos la alegria

Adviento, descubramos la alegria

Cuento de Adviento: “La Luz en el Camino” Título: La Luz en el Camino: Un Cuento de Adviento Introducción Era el inicio de la temporada de Adviento, y en un pequeño pueblo lleno de montañas y bosques, vivía un niño llamado Lucas. Tenía diez años y le encantaba ayudar a sus padres en el hogar. Lucas era un niño alegre y siempre buscaba aprender más sobre Dios y la historia de Jesús.

Sin embargo, ese año, algo especial sucedió en su vida. Primera Semana de Adviento: La Esperanza Una mañana, Lucas escuchó a su abuela hablar sobre el Adviento y cómo era un tiempo de espera y esperanza. Ella encendió la primera vela de la corona de Adviento y le explicó a Lucas que esa vela representaba la esperanza. —Adviento es el tiempo en el que esperamos la llegada de Jesús —le dijo ella—.

Así como los profetas esperaban al Salvador, nosotros esperamos con esperanza en nuestros corazones. Esa semana, Lucas se propuso ayudar a otros en su pueblo y dar esperanza a quienes la necesitaban. Ayudó a su vecino mayor con las compras, llevó comida a una familia necesitada y, cada noche, rezaba con su familia pidiendo que Jesús llenara sus corazones de esperanza.

Segunda Semana de Adviento: La Paz Al llegar la segunda semana, la abuela de Lucas encendió la segunda vela de la corona de Adviento, explicando que representaba la paz. —Jesús nos trae paz —dijo ella—. Debemos prepararnos para recibirlo en nuestro corazón y vivir en paz con los demás. Esa semana, Lucas se esforzó por traer paz en su hogar y en su escuela.

Ayudó a resolver una discusión entre sus amigos y evitó peleas. En su casa, trataba de ser más paciente con sus hermanos pequeños. Sentía que Jesús estaba preparando su corazón, ayudándolo a vivir en paz y armonía. Tercera Semana de Adviento: La Alegría Cuando llegó la tercera semana, la abuela encendió la vela rosa, que representaba la alegría. —Esta semana celebramos la alegría que sentimos porque Jesús está cerca —dijo su abuela, con una gran sonrisa—.

Debemos compartir esa alegría con todos a nuestro alrededor. Lucas pensó en formas de compartir esa alegría. Ayudó a decorar la iglesia del pueblo, organizó una pequeña obra de teatro de Navidad con sus amigos y, cada día, sonreía y daba gracias a Dios por todo lo que tenía. La alegría de Lucas era contagiosa, y pronto todo el pueblo se llenó de sonrisas y risas.

Cuarta Semana de Adviento: El Amor Finalmente, llegó la cuarta semana de Adviento. La abuela encendió la última vela de la corona, explicando que simbolizaba el amor. —Jesús es el regalo de amor que Dios nos dio —dijo ella—. Así como Él nos ama, debemos amar a los demás.

Esa semana, Lucas reflexionó sobre el amor de Jesús y cómo él mismo podía ser una fuente de amor en su comunidad. Escribió cartas de agradecimiento para su familia y amigos, ayudó a su madre a preparar alimentos para los necesitados, y rezó cada noche, pidiendo tener siempre un corazón lleno de amor. Nochebuena: La Luz de Cristo Cuando llegó la Nochebuena, Lucas y su familia se reunieron alrededor de la corona de Adviento.

La abuela encendió todas las velas, y la luz llenó la sala, simbolizando que Jesús, la luz del mundo, había llegado. Lucas sintió en su corazón la esperanza, la paz, la alegría y el amor que había aprendido durante el Adviento. Esa noche, mientras miraba las estrellas, Lucas comprendió que cada vela de la corona representaba algo que Jesús quería que todos tuvieran en su corazón. Y con una sonrisa, supo que estaba listo para recibir a Jesús, su Salvador, en su vida.