El lugar del amor
Habrás oído esta palabra miles de veces.
Es la palabra más empleada en todos
los idiomas del mundo.
Es la palabra que proclaman las canciones
cada día por la radio y demás medios
de comunicación.
Habrás observado que su comprensión
es muchas veces errónea.
La mayoría de la gente la relaciona
directamente con el sexo.
Y ciertamente tiene algo de sexo siempre
y cuando la acción biológica tenga
su resonancia y su fuente en el amor.
Cuando el amor estalla en tu corazón,
advierte que debes elevarlo por encima
de tonterías y pasiones que lo afeen o estropeen.
Cuando desarrollas esta potencia en tu ser,
todo se convierte en algo humano y divino
al mismo tiempo. Es Dios quien está en la raíz
de todo amor verdadero; es Dios quien está
en el acto de la procreación cuando
se hace por amor.
Juan Clímaco afirma: “Por su cualidad misma,
el amor es la semejanza con Dios, en la medida
en que le es permitido a los mortales.
Por su energía, el amor es la embriaguez del alma.
Por su naturaleza, el amor es la fuente de la fe,
abismo de paciencia, mar de humildad”.
En la morada de tu corazón, piénsalo bien hoy,
estás tú y está Dios. El amor verdadero participa
del conocimiento y del corazón.
Tasio el Africano lo dice maravillosamente bien:
“Adquiramos la fe para alcanzar el amor, de donde
nace la iluminación del conocimiento.
Eres una persona magnífica y bendita.
Entrégate a amar según estas coordenadas.
Verás lo dichoso que te sientes.
Pasarás de muchas aberraciones como
hay acerca del amor.
¡Vive hoy feliz!
P. Felipe Santos Campaña SDB