25 de Abril, celebramos entre otros al sacerdote de la Orden de Predicadores Luis Urbano Lanaspa, Beato y Mártir
(Desde El Cañamelar, Valencia, José Angel Crespo Flor).- La verdad es que no puedo negar que tengo cierta querencia por la Orden de Predicadores.
Una Orden muy ligada a mi parroquia, Nuestra Señora del Rosario por cuanto, formando parte de su Grupo Central y junto a la Virgen del Rosario que da nombre a la parroquia, se encuentran las imágenes de Santo Domingo de Guzmán y Santa Catalina de Siena dos gigantes de nuestra Iglesia, dos gigantes de la Orden Dominicana.
La verdad es que la Iglesia tiene que agradecer mucho a Los Predicadores, también a las otras ordenes, lo mucho que han hecho, con sus carísmas particulares para que la Iglesia Católica esté ahora mismo donde se encuentra: viva y con mucha pujanza como se ha podido constatar estos días en Madrid con ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que ha presidido el papa Benedicto XVI.
Pero para llegar hasta ahí algunos, como es el caso que nos ocupa, han tenido que derramar su sangre y aceptar el martirio por amor a Cristo sacrificado, muerto y resucitado.
Es el caso del beato Luis Urbano Lanaspa cuya memoria celebra la Iglesia hoy, 25 de agosto.
Sí, ya sé que también celebra la fiesta de San Jose de Calasanz y san Luis, rey de Francia pero estarán conmigo que también es bueno y resulta ciertamente interesante que se hable de estos beatos que dieron su vida por Cristo y que hoy gozan ya de la alegría de ver a Cristo Resucitado y que la Iglesia, como es el caso del beato que nos ocupa, lo tenga ya entre sus elegidos.
Es … lo que pretendemos con este ‘escrito – recordatorio’. Que lo tengamos en nuestras agendas y que no dudemos, mejor hoy que nunca, en visitar su tumba, donde reposan, desde 1942, hace pues 69 años, sus restos mortales, en la Basilica de san Vicente Ferrer de Valencia. Basilica que está regida por la Orden de Prtedicadores.
LO QUE INDICA SU FICHA
Martirologio Romano: En Valencia, de España, beato Luis Urbano Lanaspa, presbítero de la Orden de Predicadores y mártir, que llevó a cabo una gloriosa prueba por Cristo (1936).
Fecha de beatificación: El 11 de marzo del año 2001, el papa Juan Pablo II lo beatificó junto a otros 232 mártires de la persecución religiosa en España.
Nace el 3 de junio de 1882. Cursa los primeros estudios en los Escolapios de Zaragoza. A los 14 años ingresa en el Seminario conciliar para dar comienzo los estudios de Filosofía, y ejerce de sacristán en la iglesia de las monjas dominicas de santa Inés.
Toma el hábito de santo Domingo el día 30 de octubre de 1898 en Padrón, La Coruña (Provincia dominicana de España). Estuvo en los conventos de Corias (Asturias) y san Esteban de Salamanca.
Fue ordenado sacerdote el 22 de septiembre de 1906. Simultanea la carrera eclesiástica con la carrera de Ciencias Físicas obteniendo el doctorado en la Universidad central de Madrid. El año 1912, para restaurar la Provincia de Aragón, viene a Valencia en donde desplegará su actividad con la máxima competencia como predicador, profesor, escritor, director de almas y promotor de la beneficencia social.
Embarca para Santiago de Chile, Perú y Ecuador como orador sagrado del Legado Pontificio Cardenal Juan Bautista Benlloch y Vivó. Es agraciado con el título de Predicador General en la Orden y la Corona de España le otorga el título de Predicador de su Majestad. Es merecedor del grado de Maestro en Teología.
Entre otras publicaciones, en 1914 escribe sobre ecumenismo presentando a Santo Domingo como modelo para los ecumenistas. Promueve la fundación del Colegio-Asilo San Joaquín y de la Policlínica de San Vicente Ferrer.
Es muy consciente de hacer toda su obra social sólo por Dios, pues piensa y dice muchas veces que, si llega la revolución, lo matarían aplastándolo como un gusano. La tarde del domingo, 19 de julio de 1936, abandona el Convento y se aloja en el domicilio de familias amigas de la Comunidad.
El día 23 se produce el primer aviso e intento de detención. Es detenido a primera hora de la tarde del día 21 de agosto. Esa misma tarde lo asesinan. Sus restos mortales reposan desde 1942 en la cripta lateral del altar de Santo Domingo de la Basílica San Vicente Ferrer en Valencia.