De la mano…
Creo que no existe nada más sincero que
«caminar de la mano con alguien».
En sentido amplio de la palabra,
caminar con su compañera/o, de la mano,
sea por la calle o por la vida…
Nada más lindo… también en el sentido figurado,
o sea, estar siempre listo para caminar «de la mano»
con una persona amiga, ayudándola, en el más amplio
sentido de la palabra (una ayuda moral),
oyendo un desahogo que sea…
o socorriéndola en una necesidad.
En fin… ¿puede existir algo más lindo que una pareja
de viejitos, que después de caminar por la vida entera,
lado a lado, de la mano, aun lo sigan haciendo
en un inocente paseo, en un parque o en la playa?
Es importante que aprendamos el valor
que representa el calor de las «manos juntas».
¿Existe algo más agradable que simplemente
oír un desahogo de una persona amiga?
Si hay algo a decir para ayudarla o consolarla,
hazlo, si nada puedes hacer, sólo la actitud
de oír ya valió la pena…
Y qué decir entonces, del milagro de la internet,
que nos posibilita reanudar lazos perdidos
en el tiempo, posibilitando una comunicación
con personas que ya juzgábamos irremediablemente
apartadas… sean parientes o amigos.
Así, si las personas buscaran más la unión
en las «manos dadas» (de la mano),
ciertamente el mundo sería mejor.