15 de Marzo – Vida efímera – Cuaresma
Si pudiésemos tener conciencia de lo efímera
de nuestra vida, tal vez pensaríamos dos veces
antes de ignorar las oportunidades que tenemos
de ser y de hacer a los otros felices.
Muchas flores son cortadas muy pronto;
algunas apenas pimpollo.
Hay semillas que nunca brotan y hay aquellas
flores que viven la vida entera hasta que,
pétalo por pétalo, tranquilas, vividas,
se entregan al viento.
Pero no tenemos cómo adivinar. No sabemos
por cuánto tiempo estaremos disfrutando este Edén,
tampoco las flores que fueron plantadas a nuestro
alrededor. Y nos descuidamos a nosotros
mismos y también descuidamos a los otros.
Nos entristecemos por cosas pequeñas y perdemos
un tiempo precioso; perdemos días, a veces años.
Nos callamos cuando deberíamos hablar,
y hablamos demasiado cuando deberíamos
quedar en silencio.
No damos el abrazo que tanto nos pide nuestro corazón,
porque algo en nosotros impide esa aproximación.
No damos un beso cariñoso «porque no estamos
acostumbrados a eso» y no decimos lo que nos gusta
porque pensamos que el otro sabe automáticamente
lo que sentimos.
Y pasa la noche y llega el día; el Sol nace
y se adormece, y continuamos siendo los mismos.
Reclamamos lo que no tenemos, o que no tenemos
lo suficiente.
Cobramos: a los otros, a la vida, a nosotros mismos.
Y nos consumimos, comparando nuestra vida con la
de aquellos que poseen más. ¿Y si probáramos
compararnos con aquellos que poseen menos?
¡Eso haría una gran diferencia!
Y el tiempo pasa; pasamos por la vida y no vivimos;
sobrevivimos, porque no sabemos hacer otra cosa.
Hasta que, inesperadamente, nos acordamos y miramos
para atrás, y entonces nos preguntamos: ¿Y ahora?
Ahora, hoy, todavía es tiempo de reconstruir
alguna cosa; de dar un abrazo amigo; de decir
una palabra cariñosa; de agradecer por lo que tenemos.
Nunca se es demasiado viejo, o demasiado joven,
para amar, para decir una palabra gentil,
para hacer un cariño, para dar un beso.
No mires para atrás. Lo que pasó, pasó.
Lo que perdimos, perdimos. ¡Mira hacia adelante!
Todavía hay tiempo de apreciar las flores
que están enteras a nuestro alrededor.
Todavía hay tiempo de agradecer a Dios
por la vida, que aunque efímera, aún está en nosotros.
¡Gracias, Dios mío, por este nuevo día!
Evangelio del día 15 de marzo con el Padre Guillermo Serra
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